La experiencia dice que cuando se abre una calle uno se puede encontrar cualquier cosa. Toda previsión es una quiniela y los calendarios de ejecución de los trabajos no pasan de ser meras estimaciones, deseos. La calle Infanta de Maó, céntrica como la que más, es un ejemplo claro. La concatenación de circunstancias adversas ha provocado un retraso en las obras de reforma de esta vía que la ha metido de lleno en el junio que hoy empieza, es decir, plena temporada estival ya, en la que se confiaba tenerlo todo listo. Tráfico rodado cortado, tráfico peatonal complicado. Y cada vez más intensos.
La teniente de Alcaldía de Urbanismo, Dolors Antonio, explica que la previsión actual es que las obras de reforma de la calle Infanta estén acabadas en unos diez o doce días. «La situación no nos gusta, no esperábamos llegar a junio». De hecho, los trabajos comenzaron en septiembre con medio año de previsión.
Com a veïna d’aquest carrer vull esmentar que apart de les complicacions que s’hagin pogut trobar també ha fet falta una millor planificació i organització en les tasques. No acabaven un tros quan ja n’obrien un altre. Han estat uns quants mesos que s’ha fet intransitable sobretot per la gent major que hi viu, que o bé no ha pogut sortir de casa seva o ha necessitat de la ajuda de familiars per poder desplaçar-se. També s’ha de dir que algunes cases han sofert el trencament d’alguna part de l’edifici i que esperem la seva reparació el més aviat possible.