El alquiler turístico de viviendas estará prohibido (menos para los propietarios que ya tengan licencia) en el suelo rústico y en los núcleos urbanos tradicionales, los ocho pueblos y urbanizaciones no turísticas. El pleno del Consell aprobó ayer de forma definitiva con los votos favorables del equipo de gobierno la delimitación de zonas aptas para esta actividad, la llamada zonificación. Lo hizo sin cambiar ni una coma del planteamiento inicial, que restringe el alquiler vacacional a las urbanizaciones turísticas con solo cinco excepciones, Fornells, Sa Mesquida, Es Murtar, Es Grau y Cala Sant Esteve.
En el resto de la Isla no se podrán conceder nuevas licencias de actividad, un veto que es provisional, transitorio, hasta que no se lleve a cabo la revisión de Plan Territorial Insular (PTI), a cuyo debate se emplaza el equipo de gobierno para la posibilidad de flexibilizar el carácter restrictivo de la delimitación. Esa transitoriedad no podrá en ningún caso exceder los dos años, como ha estipulado la Comisión Balear de Medio Ambiente, aunque la presidenta del Consell, Susana Mora, aseguró que esa revisión del plan territorial se producirá a lo largo del año que viene.
A pesar de que tras la aprobación inicial de la zonificación, hace cuatro meses, Mora aseguró que si lo pedía una mayoría de ayuntamientos se podría abrir la actividad a las viviendas unifamiliares aisladas ?chalés? en los núcleos urbanos, finalmente no ha sido así. La presidenta daba ayer dos razones. La primera, que no ha existido ese consenso mayoritario, ya que las peticiones municipales diferían, la segunda, que no daba tiempo.