Una vista satélite nocturna de la Europa occidental. Las zonas urbanas de Madrid, París, Barcelona, Valencia, Roma, Florencia Palma, Eivissa, Marsella, Tarragona, Córcega y así miles de poblaciones brillan salpicando de blanco el negro plano de este rincón del planeta. Como si hubiera sido borrada del mapa por arte de magia, Menorca no aparece. Menorca invisible en la imagen, la pesadilla de un responsable de Promoción Turística; pero, en este caso, un preciado tesoro a mantener para el departamento de Medio Ambiente del Consell.
La imagen de Menorca desparecida del mapa de la contaminación lumínica es una de las diapositivas del Powerpoint que el Consell ha pasado a los alcaldes de la Isla para presentarles el Reglamento de Protección del Cielo Nocturno y la candidatura a reserva ?o en su defecto destino? Starlight: «Sería bueno continuar sin salir en la foto», afirma el documento para convencer a los municipios de la necesidad de reducir la huella lumínica ?por ahorro energético y coherencia con la Reserva- y persuadirles del potencial turístico de ser una reserva Starlight, un observatorio acreditado del firmamento, que pueda presumir con certificación en mano de ser un balcón abierto a la Vía Láctea.
En esto el consenso es total. El PP también persiguió y ha reclamado en la oposición presentar candidatura al proyecto Starlight y el pasado pleno se abstuvo de la aprobación inicial del Reglamento, sin más objeción que la de no haber tenido tiempo de analizar unas enmiendas de última hora al texto. Se trata del despliegue reglamentario de la ley balear de mismo nombre del 2005 y es el primer Consell que se pone manos a la obra.