Desde este mes los particulares que dejan residuos en la red de puntos limpios o deixalleries municipales deben pesar los restos y ese dato se anota en su ficha personal para, si se sobrepasa una cantidad máxima en determinados materiales, pagar por el reciclaje. Esta es una de las novedades introducidas por el nuevo gestor de la red, Adalmo Ferrovial, ya que con anterioridad solo se pagaba por los envases que habían contenido sustancias peligrosas como pinturas, tintas, resinas o adhesivos. Esos residuos siguen pagando, los entreguen particulares o empresas, y se incorporan los fitosanitarios inorgánicos y el amianto, por los que también se paga sea cual sea la cantidad.
En los nuevos residuos tarifados, para distinguir a los usuarios particulares de empresas (comercios o sector servicios) se ha fijado un volumen máximo gratuito que es de 500 kilogramos al año en restos de construcción y demolición; también 500 kilogramos anuales en voluminosos; 200 kilogramos en restos de poda y 300 kilos por año en madera que contenga sustancias peligrosas. Otros residuos admisibles no incluidos en esta lista, como pueden ser chatarra, textiles o aceites usados no tienen fijado un límite máximo sin coste, así que su entrada será gratuita siempre según la capacidad de recepción de cada deixalleria. La cantidad de residuos es por tanto lo que distingue ahora al usuario particular de la empresa, quedando exentos de las tarifas de voluminosos y restos de poda los servicios de recogida de los ayuntamientos.
Tarjeta
Cada vez que un cliente deposita residuos en un punto limpio se le toman los datos (nombre, dirección postal, DNI, matrícula del coche, teléfono, fecha de entrada, tipo y cantidad de residuos), una ficha que ya se realizaba antes pero que ahora se requiere en cada entrada porque la información debe asociarse a unas tarjetas para los usuarios que aún no se han emitido, según han señalado desde el Consorcio de Residuos, porque todavía se está «terminando de pulir» el cambio en la gestión del servicio. Esa tarjeta registrará la cantidad de residuos que cada cliente deja en la red, con independencia de si usa una o varias deixalleries, es decir, que no se podrá evitar el pago cuando se supere la cantidad límite cambiando de punto limpio porque con la tarjeta existirá un control global.
En cuanto a los horarios, se modifican cerrando antes al mediodía, a las 13 horas, para poder abrir más tardes a la semana. Así por ejemplo los puntos limpios de Maó y Ciutadella abren de lunes a viernes de 7.30 a 13 horas y de 15.30 a 18 horas, más los sábados de 8 a 13 horas; Sant Lluís también abre una tarde más, los jueves de 15 a 18 horas, y Es Migjorn, que antes solo abría por las mañanas, ahora abrirá también los jueves de 15 a 19 horas.