En la Illa del Rei, en la celebración de la décima edición del Foro Menorca, no era el momento de soplar las velas del 25 aniversario de la declaración de la Isla como Reserva de Biosfera. Teorías a parte, este jueves se constataron varias cosas: Menorca es admirada desde fuera, aunque nadie puede atribuirse los méritos, sino que es fruto de su evolución natural; a pesar de ello se ha avanzado poco desde octubre de 1993 cuando la Unesco aprobó la declaración, sobre todo porque no ha existido un proyecto claro ni compartido; y la Isla dispone de doce años para superar los grandes retos en energía, agua, residuos y bienestar económico (lo que llaman sostenibilidad), mediante un plan de acción 2018-2025 que se dará a conocer en octubre.
La fuerza del Foro Illa del Rei
El X Foro Menorca Illa del Rei volvió a demostrar este jueves su capacidad de convocatoria. Gente de ideas muy diversas, de la Isla y veraneantes, residentes o no, escucharon con interés a los cuatro ponentes.
También consiguió una gran presencia de autoridades, la presidenta del Consell Susana Mora, las alcaldesas Conxa Juanola y Misericordia Sugrañes, la delegada del Gobierno Rosario Sánchez y su directora insular, Isabel López, además de otros políticos nacionales, del Govern y locales, y el obispo Francesc Conesa, También la presidenta de «Es Diari», Carme Serra, el presidente de la comisión organizadora, Francisco Tutzó, el de la Illa del Rei Luis Alejandre y la vicepresidenta del Ateneu, María Paz Seguí Chinchilla. Todos ellos muy interesados en las aportaciones sobre lo que han representado los 25 años de la Reserva de Biosfera, en un coloquio presentado por Josep Pons Fraga, editor del periódico.
Visiones distintas, no enfrentadas
Irene Estaún, directora insular de Reserva de Biosfera, con su sentido práctico y optimista de la gestión pública, apuntó cinco retos: el modelo energético, el agua, la gestión de los residuos, el sistema alimentario y la educación. Sobre las tareas se refirió «al consenso que es la base», ser más ambiciosos porque la Isla es un lugar perfecto para impulsar un plan de la Reserva y, con todo ello, fortalecer la economía local.
El doctor Martí Buada, que recorre el mundo como experto en conservación, se decantó por el humor para no alarmar «ante una situación que no tiene precedentes en la historia». Una de sus muchas frases: «No podemos tocar el violín mientras el bosque se está quemando».
El empresario hotelero José Guillermo Díaz Montañés, un hombre que siempre ha estado comprometido con entidades de la Isla, dejó claro que «en pocas cosas se ha avanzado respecto de 1993». Considera que es una consecuencia de la carencia de un proyecto común. Su análisis no tiene pérdida: «El objetivo no debía ser conseguir la declaración sino cambiar el modelo para incorporar los valores medioambientales, sociales y económicos que representa la sostenibilidad». La falta de ambición y de liderazgo son causas del pobre balance que en su opinión representan los 25 años de Reserva. Díaz Montañés insiste en que debería trabajarse el equilibrio entre medio ambiente y economía.
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, valoró que el acto del Foro «es emblemático en toda Europa» y apostó por «tomarse en serio el cambio de modelo de desarrollo» a pesar de que «la inercia y el cortoplacismo puden hacer ver poco atractivo este cambio».
Gran participación del público
El tema del debate interesó a los asistentes, ya que provocó numerosas intervenciones durante el coloquio. De temas muy diversos, desde la instalación de gas natural, o sobre los grandes errores que se han producido en las infraestructuras en la Isla. Se constató que a pesar de los 25 años de Reserva de la Biosfera y de la satisfacción ampliamente compartida cuando la Isla se mira en el espejo, no se corrigen fallos del pasado y se acumulan las tareas. De momento, hay tiempo.
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