Los menorquines no solo tenemos menos dinero en el bolsillo sino que por cada euro se obtienen menos bienes y servicios que hace quince años. Son dos efectos distintos, de cantidad y de precio, y ambos van en retroceso. Así explica Antoni Riera, director de la Fundación Impulsa Balears, la evolución del PIB per cápita de Menorca en este periodo.
Los números han crecido en términos nominales pero el estudio a precios constantes de 2010 «acusa un problema grave de productividad», explica. El nivel de riqueza ha aumentado en términos nominales durante los primeros quince años de siglo, «hemos recuperado lo niveles de antes de la crisis, pero no en términos reales, en precios constantes se aprecia una pérdida de bienestar», agrega.
Su explicación amparada en los datos no varía respecto al mensaje lanzado en los últimos años en los diferentes escenarios en los que ha intervenido, «la economía menorquina es cada vez menos competitiva. Necesita replantearse», afirma el catedrático de Economía Aplicada de la universidad balear.
Los números revelan que la economía ha crecido en los tres últimos años a un ritmo de en torno al tres por ciento, aunque eso «resulta irrelevante, lo importante es ver si somos capaces de traducirlo en bienestar y la respuesta es ‘no', el nivel de bienestar se erosiona», precisa.
La razón de esa tendencia es la aludida «pérdida continua de competitividad». Lo ilustra con un ejemplo reciente, las vacaciones de personal de hostelería en julio, lo que demuestra «incapacidad para colocar los bienes y servicios que producimos».
No cuestiona el crecimiento, que genera más empleo, se mueven más mercancías y, en definitiva, crea riqueza, consecuencia de un ciclo expansivo como el actual. Sin embargo, «pinchamos en bienestar mucho más que Mallorca y las Pitiüses» y, según los datos analizados sobre precios constantes a 2010, más que la media española y la de la Unión Europea, tal como se aprecia en las tablas adjuntas.
Así, en precios nominales, el PIB per cápita ha mejorado en quince años un 7,4 por ciento, pero si el análisis se realiza sobre precios constantes de 2010 marca una caída del 25,7 por ciento. El estudio desglosa los periodos expansivos y de crisis y la economía menorquina es la que mayor debilidad muestra.
Durante el periodo de recesión, Menorca perdió un 11,1 por ciento de riqueza. Hoy el PIB per cápita menorquín es inferior a la media balear y a la española, «perdemos en todas las comparaciones, es alarmante», concluye Antoni Riera.