Algunas de las aseguradoras consultadas confirman que antes de la recuperación de la energía eléctrica ya habían atendido numerosas visitas a oscuras, un volumen de trabajo que esperan que se incremente de forma considerable durante los próximos días, una vez que los afectados recopilen toda la información requerida para iniciar el proceso de reclamación.
Según apunta el delegado del área de restauración en CAEB, José Bosch, es habitual que en el sector la mayoría de los establecimientos cuente con un seguro especial para este tipo de contingencias. Eso sí, desde las compañías ya se avanza que es necesario que se presente documentación gráfica del material que ha sido desechado.
En el caso de los domicilios particulares todo apunta a que puede ser más complicado. Según confirman varias fuentes del sector, el seguro de hogar básico sí que suele incluir indemnizaciones por los daños eléctricos en dispositivos, pero es «menos habitual» que ese tipo de pólizas contemplen un servicio que se haga cargo del almacenamiento de alimentos. Dicho de otra forma, será más fácil recibir algo de dinero por un congelador que haya resultado estropeado por el apagón que por el contenido que guarda.
En caso de que sí cubra ese supuesto, desde las compañías adelantan que se pide que además de material fotográfico se acompañe la reclamación con los tiques o facturas de las compras realizadas. Algo que, avanzan, muy poca gente podrá aportar ya que no resulta habitual que se guarden ese tipo de documentos.
En ese sentido, recomiendan que al menos sí se guarde el recibo de la compra de los bienes de reposición, por si pudieran ser aceptados como prueba.
A la espera de ver en los próximos días la cantidad de gente afectada y la magnitud de las pérdidas, las empresas de seguros consultadas se preparan para atender una posible avalancha de reclamaciones.