Ports de Balears saca a concurso la explotación del varadero de Ciutadella para los próximos 25 años. Y el pliego de condiciones técnicas que rige la licitación de este servicio incorpora como novedad una ampliación de espacios destinados a almacén, tal como informa el Govern. También contempla la posibilidad de construir unas oficinas que permitan la mejora de la gestión y el servicio al usuario. Plantea una edificación de una planta sobre la parte superior del edificio de almacenes con una superficie máxima de 154 metros cuadrados.
El resto de mejoras técnicas de la infraestructura quedan a decisión de las empresas que deberán incluirlas en sus proyectos de mejora.
El Ejecutivo autonómico indica que el pliego pretende dar continuidad a los usos y servicios básicos que se ofrecen actualmente para garantizar el servicio de reparación y mantenimiento de la flota actual del puerto. Esto implica embarcaciones de gran eslora como golondrinas o barcas de pesca.
La concesión sale a licitación por un período de 25 años y un canon anual de 22.900 euros (sin IVA). Podrán ser mejorados (por quienes opten a hacerse con la concesión) a la baja en el caso del período de concesión y al alza en el caso del canon. Ports de Balears explica que el canon se ha determinado en base a la cuota liquidada el último año, además de tenerse en cuenta que se ha producido un incremento de la superficie de tierra y de espejo de agua. Se incluyen a su vez los cuatro almacenes. La superficie total de la concesión que se tramita alcanza los 2.465 metros cuadrados. En concreto, la empresa que se haga con la explotación del servicio gestionará 785 metros cuadrados de superficie de espejo de agua, 1.497 metros cuadrados de explanada de varada, y 182 metros cuadrados de almacenes. La grúa pluma de 12,5 toneladas y la estructura metálica del carro de varada no se incluyen en las instalaciones. Pertenecen al actual gestor.
Astilleros Llompart, empresa que explota el varadero, se mostraba ayer preocupada por la situación que se plantea ahora de cara al futuro de su empresa y su personal. Está aún analizando los pliegos, no obstante, prevé presentarse al concurso para poder dar estabilidad a su negocio, aunque teme que su proyecto acabe en papel mojado y, con más de treinta años de experiencia en el sector, saltando por los aires. Entiende, no obstante, que este concurso es necesario para dar garantías a las inversiones del varadero. Fuentes de la empresa apuntan que se han llevado a cabo numerosas actuaciones de mejora en la instalación como la compra de la grúa y la reforma del tren de varada y que aún no está amortizada.
Además, su gran temor es que se pierda un oficio como el de mestre d'aixa que se desarrolla en estas instalaciones. Es más, el mestre d'aixa Jaume Llompart Sastre fue quien impulsó las instalaciones en el año 1985. Fue el primer varadero que se creó en Menorca y surgió después de la gran rissaga que puso de manifiesto la necesidad de este tipo de instalaciones para no tener que trasladarse a Mallorca o a la Península. La empresa, de carácter familiar, se ve «desamparada» y con un futuro incierto. Este proyecto es su vida, aseguran. Coinciden con Ports en que en cuanto a la gestión no hay cambios sustanciales ni tampoco con respecto al canon fijado.