La gestora de Milà asume desde este lunes el reto de llevar a cabo las obras de construcción de la nueva planta de tratamiento de residuos sin dejar de funcionar y recibir la basura que se genera en Menorca. Los trabajos valorados en 13,6 millones de euros, comenzaron según lo previsto, con la instalación de las casetas de obras y descubriendo las instalaciones eléctricas y de agua, que deberán seguir alimentando el funcionamiento del horno y de la selección de envases ligeros y cartón mientras se construye la nueva planta; de hecho, el área de envases será la última que se desmantele, según el calendario de un proyecto que debe quedar acabado en un plazo de 18 meses.
Otras estructuras, situadas en la superficie que ocupará la nueva zona de descarga de residuos y la nave para el afinado del compostaje, deben desaparecer y ya se están preparando para su demolición. Las reformas afectan a la nave de recepción de las fracciones orgánica y vegetal, la planta de tratamiento biológico y el edificio que alberga el horno crematorio de animales muertos y material de riesgo.