La compra de combustibles para la generación eléctrica le supone a la central térmica del puerto de Maó una factura anual de más de 56,7 millones de euros, 20,9 de los cuales se van a sufragar la compra de fueloil y otros 35,8 a la adquisición de gasoil, según se desprende de los datos facilitados por Endesa en su informe de análisis de costos del futuro proyecto de conversión al gas de la planta eléctrica menorquina.
Sin contar con la interconexión submarina con Mallorca, fuera de servicio desde octubre del año 2017, la central eléctrica, que asume prácticamente en solitario el abastecimiento eléctrico de la Isla, requiere de un consumo de 1.446 gigavatios hora térmicos (GWht). El 53,5 por ciento se satisface con gasoil, el combustible más caro (46,21 euros el MWht), y el resto con fueloil, a un precio de 31,8 euros por MWht. Con esa energía primaria se generan 495 GWh, lo que refleja la gran ineficiencia de un sistema en que casi dos tercios de la energía se pierde en el proceso de combustión.
El coste de la energía primaria necesaria para hacer funcionar el actual sistema eléctrico en la Isla contrasta con el calculado para la transición energética exprés que se ha propuesto Menorca. El plan de descarbonización de Menorca se marca como objetivo alcanzar el 85 por ciento de renovables en el año 2030 y calcula que serán necesarias inversiones –tanto públicas, como privadas– de 600 millones, es decir, 60 millones al año, una cantidad muy similar a la que se paga por la adquisición de combustible para generar la electricidad que necesita Menorca.
Las cifras expuestas por Endesa permiten hacer un cálculo aproximado de lo que supone la ausencia de enlace de interconexión eléctrica con Mallorca. Calculando un aporte anual de 107 GWh a través del cable, la factura de compra de combustible bajaría en Maó hasta los algo más de 43 millones, casi 13,7 millones de euros menos que sin cable, aunque cabe tener en cuenta que el descenso de la generación necesaria en Menorca queda compensado por el incremento de las necesidades de producción en las centrales mallorquinas.
Desde Endesa comparan los ahorros que lograrían con el paso al gas. A partir del año 2021, teniendo en cuenta el regreso de la conexión con Mallorca, la puesta en marcha de la ampliación de Son Salomó y el aumento de la demanda, se plantean dos escenarios. El primero, sin gas, supone un coste en combustibles de unos 36,6 millones. El segundo, con el paso al gas –que se paga a un precio, gastos logísticos incluidos, de 32,7 euros/MWht– deja una factura de poco más de 30 millones. La consecuencia es un ahorro superior a los seis millones de euros al año que permite amortizar los 26,7 millones que cuestan las obras para adaptarse al gas en menos de cinco años.