En 1969 los menorquines todavía se acordaban de los hidroaviones en la Base Naval de Maó, cuando la Aeronáutica Naval estaba dirigida por el menorquín Pedro María Cardona. O de la ruta de una compañía francesa entre Marsella y Argel con escala en Fornells. Ese año el aeródromo de Sant Lluís había superado los 110.000 pasajeros, después de habilitar la pista con sauló para mejorar su seguridad.
La Isla necesitaba un nuevo aeropuerto y la obra se incluyó en el primer Plan de Desarrollo Económica y Social del Gobierno, junto a los aeropuertos de Asturias, Girona, Alicante y Almería. Pero solo hubo fondos para estos cuatro y el de Menorca cayó de la programación. El alcalde de Maó, Gabriel Seguí, fue quien negoció con el ministro del Aire, José Lacalle Larraga, que volviera a programarse la obra.
La construcción
La consultora Harris-Bosch-Aymerich fue la responsable de definir el emplazamiento. Analizó los vientos y llegó a la conclusión que con su alineación estaría operativo el 96% de los días. El proyecto era de Francisco López Pedraza, como casi todos los aeropuertos de esa época. La obra civil la ejecutaron Dragados y Construcciones, Huarte y Cía e Iberavia. Estaban presupuestadas en 320 millones de pesetas, pero con las rebajas del concurso su coste final fue de 255.121.440 pesetas (1,55 millones de euros). Se habían expropiado 192 hectáreas por un precio de casi 200.000 euros.
Las obras se iniciaron el 27 de marzo de 1967 y terminaron el 15 de septiembre de 1968. La inauguración tuvo lugar el lunes 24 de marzo de 1969.
Las características
La pista de aterrizaje tenía una longitud de 2.350 metros y 45 de ancho. En la plataforma para el estacionamiento de aviones cabían 10 tipo «Caravelle» y 2 DC-850. Se abrió una nueva carretera de acceso de 1.426 metros y por primera vez en la Isla se utilizó asfalto en caliente.
El aparcamiento tenía capacidad para 192 coches y 18 autobuses. El edificio de la terminal ocupaba 2.664 metros cuadrados para atender «a 300 pasajeros en hora punta». En su decoración se utilizaron fotos de Dolfo. La torre de control no hace falta describirla. Está prácticamente igual que entonces.
La inauguración
El ministro José Lacalle llegó a las 12.15 a bordo de un avión «Convair» cuando todas las autoridades le esperaban a pie de pista. Había «un nutrido grupo de niños» que «pusieron una nota simpática», según la crónica del diario «Menorca». El delegado del Gobierno era Carlos de Salort y el del Movimiento Miguel Gascón. El obispo Miguel Moncadas bendijo las nuevas instalaciones.
Gabriel Seguí: «Repercutirá sobre todos los sectores de nuestra economía»
En el acto de inauguración del aeropuerto intervinieron el ministro Lacalle y el alcalde, Gabriel Seguí, quien recordó que «nuestro pueblo, con voluntad y tesón, lleva años trabajando con afán y con fe para superar la adversidad e ir sobreviviendo». Se refería a la crisis y la atribuía en parte a los problemas de transporte, tanto aéreo como marítimo. Por eso se mostró convencido de los efectos positivos del aeropuerto en la actividad económica y en la sociedad insular.