En la dirección del PP enmarcan la crisis abierta por Águeda Reynés como un incidente que no tendrá más recorrido y la Junta Local de Maó espera una disculpa de Misericordia Sugrañes a su valoración de que en este municipio se habían registrado los peores resultados de los últimos mandatos.
Águeda Reynés no presentó el escrito reconsiderando la dimisión irrevocable que había entregado dos días antes. Es el secretario de la Junta Local, Mateu Aínsa, quien firma el documento registrado, que consta de dos puntos. En el primero se recoge el acuerdo de la Junta de no aceptar la renuncia de su presidenta y en el segundo instan al diálogo entre ambas dirigentes para zanjar la cuestión.
Sugrañes resta trascendencia a a la segunda petición, el diálogo, «es lo que hacemos y seguiremos haciendo», como ocurrió el día que Reynés presentó el escrito de dimisión. La presidenta entiende que el contacto con el resto de dirigentes forma parte de sus tareas habituales. No hay fecha, no obstante, para una reunión entre ambas, aunque el diálogo telefónico está abierto siempre.
Desde el partido, la secretaria general, Asunción Pons, hace un llamamiento a cerrar filas, a trabajar en los ayuntamientos que se constituyen la semana que viene y a superar un caso provocado por un desafortunado comentario, como lo ha definido otro portavoz del PP, quien apuesta por pasar página y por la distensión de los ánimos.
En la agrupación de Maó admiten que no hay buena relación y existe la sensación de que Sugrañes prefiere a Reynés fuera de los órganos de dirección. «Si no se tiene en cuenta nuestro escrito, es probable que se abra una crisis», comenta el secretario del partido en Maó, Mateu Aínsa.
Esa declaración apunta hacia la posible aplicación directa de los estatutos del partido y tramitar la dimisión por cuanto no hay revocación expresa de la misma por la interesada. En el fondo, todo parece apuntar a una pugna de fuerzas entre la dirección insular y la Junta de Maó.
Antoni Juaneda, candidato de Ciutadella y ex presidente del partido, desde una visión menos apasionada, entiende que no se puede hablar de crisis generalizada en el partido, «parece más un enfrentamiento entre personas, la Junta transcurrió en positivo, se dijeron las cosas. Sobre este punto Sugrañes no estuvo afortunada y la reacción de Reynés fue exagerada, debió rebatir en vez de irse, quizá hubo algo de sobreactuación», resume. Admite haber tenido «un resultado espantoso en Ciutadella» y haberlo tratado con rigor. Descarta iniciativas como la convocatoria de un congreso extraordinario, «creo que ahora mismo no arreglaría nada», afirma.