Menorca está inmersa en el último año en una verdadera fiebre del autoconsumo. Los cambios normativos que han agilizado y despenalizado la instalación de placas solares en casas y negocios, las ayudas públicas y una mayor concienciación sobre la necesidad de sumarse a la transición energética han hecho que cada vez más familias y empresarios se quieran pasar a las placas solares. El fenómeno lo explican desde las empresas instaladoras y lo confirman las cifras oficiales del Govern, que ha recibido siete veces más solicitudes de ayuda para nuevas instalaciones que hace un año.
La nueva convocatoria de ayudas abierta por la Dirección General de Energía del Govern con fondos Feder europeos se ha cerrado con un total de 246 solicitudes en Menorca. Un año antes, la misma línea de ayudas despertó el interés de 36 particulares y empresas. La diferencia es abismal, un incremento cercano al 600 por ciento, y es la más pronunciada de Balears, donde el global de solicitudes ha sido de 1.042, cuando hace un año apenas fueron 281.
Son ayudas estrictamente dirigidas a las pequeñas y medianas, empresas, entidades sin ánimo de lucro, particulares y comunidades de propietarios, lo que significa que de ese volumen de solicitudes están excluidos los proyectos de grandes empresas y de instalaciones públicas, las de mayores dimensiones. Las ayudas (la partida global asciende a los 1,8 millones) consisten en el pago del 40 por ciento de la inversión en el caso de las empresas y del 50 por ciento en de los particulares y comunidades de vecinos, una buena oportunidad para acortar los plazos de amortización que muchos no han querido dejar escapar.