El Ayuntamiento de Maó tiene en marcha el engranaje para que el suministro de agua a la población esté garantizado. Ello representa la ejecución de una larga lista de inversiones programadas a diez años vista con el objetivo de optimizar las instalaciones y lograr una gestión sostenible de este recurso escaso. Varias de ellas ya se ejecutarán este mandato.
El pleno aprobará mañana el Plan de Gestión Sostenible del Agua de Maó, un documento que deriva del Plan Hidrológico de Balears que obliga a los ayuntamientos a ponerse al día en la elaboración de estos planes antes de 2021. Y Maó se ha adelantado. Será el primero de Balears en aprobarlo.
Este documento, elaborado por Hidrobal a petición del Ayuntamiento, establece una serie de inversiones, dirigidas a esta mejora de las instalaciones y, por tanto de la gestión del agua. Y el concejal de Recursos y Sostenibilidad, Rafael Muñoz, destaca como prioritaria la construcción de dos pozos de emergencia por sequía. Ya se están haciendo los sondeos. También se trasladarán dos captaciones de agua que han quedado dentro del casco urbano de Maó. Hay en estas circunstancias seis pozos, no obstante, son dos los que requieren una actuación urgente de traslado porque presentan anomalías o deficiencias. Se encuentran en el polígono. A partir de estudios geológicos se está barajando su ubicación en la zona de captación hídrica del noroeste del término municipal. Explica Muñoz que la normativa especifica que estas captaciones deben tener unos espacios delimitados para que no haya afectaciones y, con el crecimiento urbanístico de la ciudad, estos perímetros no se han cumplido. Además, la normativa es más restrictiva.
También destaca una segunda planta desnitrificadora. La primera que está en proceso de construcción permite a su vez ejecutar medidas de adecuación y mejora en el depósito de Malbúger. Y es que este Plan también aborda el tema de los depósitos, en concreto, apunta a la revisión del sistema de tratamiento de agua y de distribución, sobre todo en infraestructuras de almacenaje y bombeo. Los depósitos son antiguos, tienen más de treinta años, por lo que necesitan reformas, además de requerirse la construcción de algún depósito adicional. El primero en el que se actuará será en el de Turó.