El Govern, a través de la Conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, reanudará este año la lucha desde el aire contra la procesionaria del pino, después de cinco años sin fumigaciones aéreas. La última campaña se realizó en el año 2014.
El contrato de este tratamiento, que se dirigirá desde el Servicio de Sanidad Forestal, se licita con un presupuesto de 525.378 euros anuales con una duración de cuatro años. Así, la inversión final asciende a 2.578.405 euros. Más de dos millones y medio que se destinarán, por una parte, al mismo tratamiento aéreo y, por otra, al control de calidad de los trabajos de este. Dos servicios que realizarán empresas distintas.
Durante este periodo de tiempo, Sanidad Forestal ha planificado la fumigación de más de 8.000 hectáreas entre Mallorca (6.000) y Menorca (2000), aunque la superficie final a tratar puede variar en función de la evolución de la plaga. Así, en la Isla se tratarán unas 500 hectáreas al año.
El tratamiento se llevará a cabo con un helicóptero que trabajará desde el aeródromo de Sant Lluís y se aplicará entre los meses de octubre y noviembre, cuando el tratamiento es más eficaz, según el ciclo biológico de la procesionaria.
El objetivo es reducir la plaga en aquellos pinares que puedan ver comprometida su supervivencia o disminuirla en localizaciones forestales de uso público para evitar los daños y perjuicios sobre la población.
Durante los últimos años, la plaga en Menorca, declarada como grave desde 2014, se ha controlado desde tierra a través de trampas de feronomonas o casas nido. Aún así, su erradicación ya no es posible, tan solo pueden aplicarse medidas que ayuden a rebajar su presencia.
Cambio de producto
El producto fitosanitario que se utilizará para las fumigaciones es el Bacillus thuringiensis, por ser más ecológico. En antiguas campañas se había utilizado el Diflubenzurón, un producto más nocivo para el resto de insectos, lo que provocó, en su momento, la reacción de grupos ecologista.
Los empresarios forestales celebran la medida y el GOB no la comparte
Desde la Asociación de Empresarios Forestales de Menorca (Asefome) apoyan la recuperación del tratamiento aéreo en Menorca.. De hecho, llevan años pidiendo que se reanuden las fumigaciones.
Según el secretario, Sebastià Pons, se trata de una medida necesaria dada la evolución que ha sufrido la plaga durante los últimos años en los que se ha aumentado su presencia. «La plaga está descontrolada y se ha notado, sobre todo este último año», expone.
En cuanto al cambio del producto sanitario, sostiene que el anunciado para la campaña que se realizará a partir de este año es más «adecuado» y tendrá «menos efectos secundarios».
«El que se utilizaba antes era más eficaz pero también perjudicaba más», dice. En cambio, desde el GOB no son partidarios de la fumigación aérea.
Aunque celebran que el nuevo producto sea «compatible con la agricultura ecológica» y no genere residuos, opinan que «son procesos muy caros» que pueden dar buenos resultados a corto plazo, pero que «el mismo problema vuelve a aparecer con los años», indica el coordinador de la entidad Cristòfol Marquès, quien opina que es mejor dejar que sean los enemigos naturales de la oruga los que vayan reduciendo la plaga. «Entendemos la fumigación como último recurso en zonas urbanas, pero no en el bosque», concluye.