El ejercicio Trident Jackal 19 de la OTAN, cuyo despliegue ya ha comenzado en Menorca, es por volumen de efectivos y número de países participantes –24 de los 29 que forman la Alianza Atlántica– el más importante de los que se han venido realizando en la Isla en los últimos años, y por ello se espera que el impacto económico que genere en el tejido de la empresa y el comercio locales sea igualmente considerable. El despliegue actual supone la llegada de alrededor de un millar de militares mientras que el ejercicio Brilliant Sword 2017 trajo a más de 400 y el ‘Spanish Minex' movilizó a unos 900.
Aunque es difícil de cuantificar el consumo en los negocios insulares, el Ejército de Tierra contacta con proveedores locales para la logística y aprovisionamiento antes de la puesta en marcha de este tipo de despliegues. Así, empresas menorquinas han suministrado depósitos y maquinaria como generadores eléctricos para la base militar de San Isidro, donde se llevará a cabo el ejercicio entre este mes y el de octubre; a esto se suma el gasto en alimentación y productos básicos, así como el alojamiento, ya que no todos los militares estarán acuartelados sino que también habrá personal en hoteles. Por último, está el repostaje de los 113 vehículos que ya se pueden ver circulando por las carreteras de la Isla, cuyo combustible el Ejército tiene contratado a Repsol.
Mucho más diseminado es el gasto que realizan los hombres y mujeres de distintas nacionalidades que durante estos casi dos meses pasarán por Menorca. Porque el ‘Trident Jackal 2019' es también un ejercicio largo en el tiempo, ya que el despliegue se ha realizado en oleadas, la más importante la del pasado día 4 con el barco que llegó de Valencia a Maó, fletado para la ocasión por la naviera Baleària, pero desde el 31 de agosto el Cuartel General de Despliegue Rápido de la OTAN de Bétera (HQ NRDC-ESP por sus siglas en inglés) comenzó a trasladar los elementos necesarios para el ejercicio.
Ese movimiento de gente se nota en tiendas, bares, supermercados, restaurantes y otro tipo de establecimientos. Aunque el ejercicio militar es exigente, ya que busca la certificación del Cuartel de Bétera para asumir el rol de Cuartel General Conjunto de la Estructura de la Fuerza de la OTAN, siempre hay un tiempo para el descanso y el paseo por la Isla del personal militar participante. «Claro que hay más movimiento y se nota, interesa que vengan », comenta un empresario de un conocido local de restauración y ocio nocturno del puerto de Maó, con presencia también en el Mercat del Peix. «Recorren todo y en los locales del centro también influye, es como cuando en mayo se celebran convenciones de médicos, que son el preámbulo de la temporada», explica.
Por su parte, el coronel Javier Castro, responsable del Consorcio Militar de Menorca, recuerda el valor que tiene que ese millar de visitantes, españoles y extranjeros, conozcan la Isla y puedan, en el futuro, regresar como turistas. «Nosotros prepararemos visitas a elementos de patrimonio para que lo conozcan y ofreceremos charlas sobre la importancia de la historia de Menorca», asegura. Para que el ejercicio militar se convierta, además, en «escaparate» promocional.