Los coches debidamente aparcados en las calles de Maó amanecieron ayer con una peculiar notificación de sanción enganchada al limpiaparabrisas. Tras la sorpresa inicial del propietario del vehículo, la primera lectura del documento ya mostraba que no había infracción cometida ninguna ni cantidad económica pendiente de pago. Con un poco más de detenimiento se podía percibir que el papelito rosa, más que una reprimenda, era una felicitación por haber estacionado de forma adecuada. El importe, «1.000 gràcies».
Esta multa fake forma parte de una campaña impulsada por el Ayuntamiento de Maó para concienciar sobre la necesidad de hacer un uso adecuado de las plazas de estacionamiento azules, que son las reservadas a las personas con una movilidad reducida. La iniciativa se puso en marcha ayer con motivo del Día Internacional de Personas con Movilidad Reducida, y se completa con la publicación de material informativo además de la difusión de un vistoso vídeo que recoge las reacciones de conductores al hallar estas sanciones de pega en sus vehículos. A riesgo de incurrir en spoiler, el susto inicial se acaba conviertiendo en una auténtica fiesta. Las acciones de divulgación tendrán continuidad en el tiempo, anunciaron ayer desde el Consistorio mahonés.