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Un tercio de los alumnos de 'escoleta' de Maó abona unas cuotas reducidas

El sistema de precios adaptados a cada situación económica se incorpora a la ordenanza

El Ayuntamiento de Maó incide, especialmente, en la escolarización de los niños de dos años. | Gemma Andreu

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Uno de cada tres alumnos de las escuelas infantiles de Maó abona una cuota mensual reducida como consecuencia de su situación económica. El curso pasado, último con las cifras cerradas, fueron 140 sobre un total de 400 mientras que en el actual, de momento, se han concedido 109 reducciones de precio sobre un conjunto de 372 matriculados. En los próximos meses se prevé abrir, al menos, un nuevo grupo.

El actual sistema de ayudas para que las familias no dejen de matricular a los pequeños en las escoletes por motivos económicos se da por consolidado, motivo por el cual el Ayuntamiento de Maó prevé aprobar en el pleno de este mes su inclusión en la ordenanza que regula las cuotas de estos centros educativos. Además se cambia el sistema de pago (de diez a once cuotas anuales para que la matrícula sea más llevadera) y se incluyen los precios del servicio de comedor.

Para la teniente de Alcaldía de Educación, Laia Obrador, la prueba de que el actual sistema de ayudas funciona es que «antes muchas preinscripciones no acababan en matrícula, ahora esto no sucede». Es decir, «quien tiene intención de matricular a su hijo no deja de hacerlo por motivos económicos, como sucedía antes, hay una respuesta a su voluntad de escolarizarlo». La consecuencia es un constante incremento de matrícula desde el ‘valle’ del curso 2015/2016, incluso con la natalidad en horas bajas. «Cuando entramos en 2015 las inscripciones estaban bajo mínimos».

Obrador pone el acento en la gran cantidad de reducciones de cuotas del 75 o el 95 por ciento, de las que se benefician familias con ingresos muy exiguos (se aplica el índice estatal de referencia Iprem). Durante el curso pasado fueron más de la mitad. «Nuestro objetivo desde el inicio del pasado mandato era que no hubiera barrera económica, era básico para reducir las desigualdades», explica. De hecho, cada vez los alumnos con derecho a ayudas están más distribuidos entre los seis centros existentes, ya que no eligen solo por cuestiones relacionadas con el precio.

La incorporación de alumnos en situaciones económicas difíciles ha generado la aparición en las aulas de nuevas realidades que las educadoras han tenido que afrontar con esfuerzo, como las vinculadas a cuestiones de alimentación, vestuario o higiene. Así, por ejemplo, se han habilitado espacios de intercambio de ropa usada entre padres. «Antes existía una invisibilidad de la población de 0-3, unos años en la vida que son muy importantes», afirma. La escolarización se entiende importante sobre todo a los dos años, y es el tramo que más se está trabajando desde el Consistorio en los últimos años.

La edil explica que el sistema actual de ayudas fue impulsado en la Isla de la mano del Consell y los consistorios, y que ahora Maó se convertirá en el primer ayuntamiento que lo incorpora a la ordenanza, lo que le concede un rango normativo y más estabilidad. «Se cierra el círculo de cuatro años de mucho trabajo».

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