Calles vacías y prácticamente sin actividad. La mayoría de los menorquines han seguido las directrices del estado de alarma, que ha entrado en vigor desde la medianoche desde este domingo y se han abstenido de salir a la calle si no era por necesidad.
El escenario, de esta forma, ha sido de pocos coches en las calles, así como muy baja actividad, más por tratarse de un domingo. Solo los establecimientos autorizados por el estado de alarma, como farmacias, panaderías o supermercados han abierto, pero con medidas de seguridad, como la guardar la distancia de un metro entre clientes. Así por ejemplo, se han visto largas colas por este motivo ante las farmacias de guardia de este domingo.
Colas ante establecimientos y farmacias, guardando la distancia de seguridad (Fotos: Josep Bagur / Javier Coll)
Igualmente, en las iglesias se han celebrado misas, pero guardando distancias entre feligreses. No obstante, a partir de este lunes el Obispado suspende el culto con la participación de fieles.
Agentes de la Policía Nacional y local han patrullado por las calles de los municipios para hacer cumplir las medidas del confinamiento obligado, e incluso han dado instrucciones por megafonía.
Agentes de la Policía Local en la plaza de Ses Palmeres (Foto: Josep Bagur)
El cuerpo Nacional de Policía ha movilizado patrullas para sacar a la gente de las playas y acordonarlas. Los clientes de los hoteles que estén abiertos deben permanecer confinados en los establecimientos.
No obstante, una minoría no ha respetado las medidas y se ha desplazado hasta la costa para pasear, hacer deporte o pasear sus mascotas.
Se puede salir a caminar solo por prescripción médica o para sacar a la mascota, de uno en uno. El Consell insular también ha advertido que en estos 15 días de estado de alarma también se limita la libre circulación por el Camí de Cavalls, las playas y los espacios naturales.