Despachos cerrados, juzgados bajo mínimos que solo atienden causas esenciales, litigios hibernados... la crisis sanitaria del covid-19 afecta también de forma radical al colectivo de abogados, que ha visto reducida su ocupación prácticamente a la , lo que solicitan al Estado las mismas ventajas que se plantean para los autónomos en cuanto a fiscalidad o pago de cuotas.
Ha descendido la delincuencia, además, las causas civiles no son urgentes y por tanto no avanzan, y como apuntaba el juez del Juzgado 1 de Maó a principios de semana, afortunadamente tampoco ha repuntando la violencia de género en la Isla durante el confinamiento. Los abogados, como la mayoría de sectores, no tienen trabajo.
Los 200 colegiados en Menorca, aproximadamente, aguardan la respuesta del Ministerio de Justicia a la petición trasladada por el Consejo General de la Abogacía, del que dependen los colegios territoriales, el pasado 1 de abril.
¿Alguien conoce algún abogado pobre? Pues ya está. Con esto está todo dicho. Hay colectivos que mejor harían en estarse calladitos y mostrar un mínimo de empatía en estas circunstancias y no hacerse las víctimas de forma injustificada, cuando hay tanta gente que lo está pasando realmente mal y tenemos más de 17.000 muertos en apenas mes y medio.