El control del aforo en las playas menorquinas para guardar la distancia de seguridad partirá este año de una campaña informativa, similar al modelo que se ha implantado en Formentera, es decir, cartelería y mensajes informativos en webs institucionales, medios de comunicación y redes sociales con fines pedagógicos y de concienciación que alerten del riesgo para prevenir contagios del coronavirus.
Es la postura del Consell y de los ayuntamientos de la Isla a tenor del alto coste que suponen las opciones de control a través de sofisticados sistemas tecnológicos, y la perspectiva negativa de la temporada actual que no prevé grandes aglomeraciones en las calas puesto que nos visitarán menos turistas. De ser así no habrá problemas para que los bañistas puedan mantener la distancia de seguridad en las playas urbanas y vírgenes del litoral insular.
En todo caso, tras lo hablado en las reuniones entre alcaldes no está prevista una solución mancomunada por estos mismos motivos. En principio, si fuera necesario establecer un control más estricto del aforo porque se disparara la llegada de veraneantes, sería cada municipio el que arbitrara su propio sistema de control, explicó ayer la consellera de Cooperación Local, Cristina Gómez, tras reunirse con ellos.
Creo que nuestros políticos han visto demasiado películas, ya que sólo han pensado en poner sistemas tecnológicos sofisticados que tienen un alto coste, con los muchos parados que hay podrían dar un poco de trabajo (vigilancia y sensibilización personal en loco). Además creo también que sería necesaria una solución mancomunada, así que en toda la Isla haya lo mismo para los (pocos?) turistas que vendrán y pasaran por muchos sitios (si en cada rincón hay una historia diferente se volverán mareados rápido rápido...)