El departamento de Medio Ambiente y Reserva de Biosfera del Consell sigue buscando fórmulas para avanzar en la instalación de renovables reduciendo al máximo el consumo de territorio. Hasta ahora se había hablado de los tejados de los edificios públicos y privados y de pérgolas en aparcamientos, pero surge un nuevo frente, las cubiertas de los depósitos de agua de consumo distribuidos por todos los municipios de la Isla, un potencial que hasta ahora se ha topado con las negativas reiteradas de la Dirección General de Salud Pública del Govern, que viene realizando una interpretación restrictiva del decreto 53/2012 sobre vigilancia sanitaria de las aguas de consumo humano y que ha frustrado todos los proyectos presentados hasta el momento.
Con el objetivo de desbloquear el uso de los depósitos, no solo de las cubiertas, sino también de los recintos de reserva para implantar renovables, la vicepresidenta del Consell y consellera de Medio Ambiente, Maite Salord, defenderá ante el próximo pleno insular una propuesta de acuerdo para instar al Govern a flexibilizar la normativa vigente. De otro modo se perdería un importante potencial de generación, ya sea con fotovoltaica, microeólica o incluso con microturbinas hidráulicas. Un cálculo aproximado sitúa la superficie que ocupan los depósitos de agua de Menorca, sin contar los recintos que los rodean —donde tampoco están permitidas este tipo de instalaciones—, en unos 20.000 metros cuadrados, lo que se estima que podría permitir instalar una potencia nada desdeñable, entre 1,5 y 2 megavatios (MW), más que el parque fotovoltaico de Binissafúller, por poner un ejemplo.