¿Sabías que niguna mascarilla de las utilizadas actualmente en el mundo te previene del contagio? Esa es una de las preguntas que aparece en la hoja repartida este sábado por los organizadores de la «(des) concentración» (sic) convocada por la tarde en Ciutadella y que (des) concentró a un centenar de personas.
Había botes de hidrogel acompañados de un peculiar mensaje: «lávate las manos regularmente ... que del lavado de cerebro se encarga el gobierno y los medios de comunicación». A estos últimos se les hacía responsables de la transmisión de las hipotéticas mentiras que se han transmitido en torno a la pandemia, «alerta!, mitjans de manipulació», se leía en otra pancarta desplegada en la plaça des Pins.
Todo el relato creado sobre el coronavirus fue cuestionado de arriba a abajo, incluso la prometida vacuna, que según el manifiesto del colectivo Menorca Resiste, organizador del evento, estaría plagada de sustancias y componentes nocivos para la salud humana. En resumen, nada de cuanto se ha explicado hasta ahora queda a salvo de la duda, lo que supondría una variante del negacionismo.
«¿Sabías que es la primera vez en la historia que se confina a la gente sana y se acusa a los asintomáticos de contagiar al resto de la población?», es otra de las críticas expresas. Ni el Gobierno, del que se recordó que habló de un comité de expertos que nunca existió, ni mucho menos la OMS, con sucesivas proyecciones erradas sobre el alcance que tendría la pandemia, salen bien parados de la reflexión pública que realiza este colectivo, que asegura también que tanto la edad como el perfil de riesgo de los fallecidos se corresponde con unas cifras de mortalidalidad normal.
Que estén crispados y fastidiados no quiere decir que tengan razón. Es como negar que la tierra es redonda o que no se ha pisado la luna, o que el Nazismo no existió. La mascarilla evita contagios, lo que sí es cierto que es innecesaria cuando vas por la calle y no te cruzas con nadie, o estás a mucha distancia de los demás.