Mientras a las puertas del Hospital Mateu Orfila se vivía la cuarta jornada consecutiva de protestas por el cese del médico intensivista Ramón Fernández-Cid al frente de la UCI, el presidente del Sindicato Médico de Balears (Simebal), Miguel Lázaro, mostraba su apoyo «sin fisuras» al doctor y cargaba con dureza contra el gerente del Área de Salud de Menorca y responsable del centro menorquín, Romà Julià, al que entre otros adjetivos tilda de «mediocre», «incompetente» y «temerario». El sindicato advierte de que va a presentar batalla: «Haremos lo que podamos para que no sea cesado».
La primera la librará este lulnes mismo, en una reunión prevista con el director general del Servei de Salud de les Illes Balears, Juli Fuster, al que trasladarán sus argumentos para concluir que la decisión de cesar a Fernádez-Cid es una medida «unilateral, discrecional y sin argumentos». Le pedirán que interceda para pararle los pies a Romà Julià y evitar el cese: «Quizá quien tiene que cesar es el gerente», plantean, por haber puesto patas arriba el clima laboral en el hospital en un momento «muy inoportuno», cuando los sanitarios siguen luchando contra las consecuencias de la pandemia.
Lázaro destaca la trayectoria «intachable» del doctor Fernández-Cid y recuerda que ha ayudado a colocar a Menorca en el mapa nacional de los transplantes y a situar a Balears entre las comunidades líderes en ese tema. Teme que este cese tenga efectos colaterales al respecto.
El momento escogido, en plena pandemia y «tras el esfuerzo y la profesionalidad que han mostrado los médicos de la UCI», escama especialmente al sindicato, que insiste en dejar claro su «apoyo al cien por cien, sin equidistancias ni evaluaciones a medias» hacia el galeno, afiliado de Simebal.
Sobre los motivos dados para el cese –ese cambio de modelo asistencial esgrimido por la gerencia– asegura que «llama la atención que un gerente que es médico muestre esa incompetencia y esa mediocridad. Eso son los eufemismos propios de la secta gerencia sanitaria. No hay argumentos sólidos. ¡Qué significa un cambio de modelo?», se pregunta indignado.
Desde Simebal tienen conocimiento de la existencia de una encuesta interna de clima laboral que revela «graves problemas de comunicación» entre el equipo médico. Así lo insinuó el gerente al delegado en Menorca del sindicato, Claudio Triay. No obstante, a la espera de ver en detalle ese informe, consideran que ese tipo de encuestas nunca son motivo de cese. Temen que se pueda estar produciendo «un ajuste de cuentas» entre profesionales y subrayan que «hay que tener en cuenta que un problema de comunicación siempre es bidireccional». Lázaro tiene claro que la gerencia «no intuía el tsunami de rechazo que su decisión iba a provocar». También denuncia que hace meses que Fernández-Cid está sufriendo un «acoso». La decisión del gerente parece inamovible, pero mantienen la esperanza de frenarla.