El anuncio del posible cierre perimetral entre islas, que durante la jornada del martes mantuvo en vilo tanto a los ciudadanos que tenían previsto viajar como a los empresarios, provocó una cascada de cancelaciones en los hoteles que «con mucho esfuerzo», recordaron este miércoles desde la patronal Ashome, están abiertos estos días y confían en recibir clientes durante la Semana Santa. Actualmente están abiertos 26 hoteles en Menorca, son establecimientos pequeños, de tipo urbano, boutique o rurales, que en unas horas vieron como sus reservas empezaban a anularse ante las informaciones sobre un posible cierre de las islas, vacaciones que esperan poder recuperar tras la marcha atrás dada por el Govern.
Los nervios en los empresarios de estos negocios están a flor de piel, una parte muy importante de su mercado esta Semana Santa es mallorquín. Los hoteles de mayores dimensiones tienen la vista puesta más allá, en salvar el verano. El presidente de la Asociación Hotelera de Menorca, Luis Casals, declaró este miércoles que la situación que vive el sector es de «extraordinaria incertidumbre, dependemos de las decisiones políticas de los países emisores», uno de los fundamentales Reino Unido, que hasta mediados de abril no determinará su calendario de desescalada, para que sus ciudadanos puedan viajar al extranjero. Casals afirma que «siendo optimistas» los grandes hoteles esperan operar los meses de junio, julio, agosto y septiembre, pero además de estar pendientes de las decisiones en el extranjero, también lo están de las que tome el propio Gobierno español.
Sobre la posibilidad de un cierre entre islas, que se encontró con la oposición frontal del Consell de Menorca, el presidente de Ashome consideró que «sé que esta es una situación difícil de gestionar, pero esa era una decisión muy dura para el sector menorquín». Casals también da todo su apoyo al sector de la restauración, porque asegura que «no es el foco de los contagios, está todo muy protocolarizado y es un sector que lo está pasando muy mal».
Por su parte, María García, secretaria general de PIME Menorca, aseguró que «es muy difícil trabajar en estas circunstancias de cambios continuos por muy buena predisposición que pongan las empresas», y añadió, sobre los vaivenes de restricciones y decisiones políticas, «no quiero decir que haya improvisación, pero parece que después de un año alguna cosa se debería tener aprendida». Todas estas modificaciones e informaciones cambiantes generan, aseguró, «inseguridad a la hora de tomar decisiones». Y así lo ha denunciado, recordó, la asociación de restauración de PIME, un sector que afronta cambios de criterios «constantes» que les dificulta la decisión de reabrir o no sus establecimientos.