Las empresas de turismo activo no figuran en la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE) y carecen de epígrafe específico en el sistema tributario nacional. Ese detalle las excluye de las convocatorias de ayudas que se han publicado desde hace un año -todas siguen el criterio de este identificador-, para paliar los efectos de la coronacrisis. Son una treintena en Menorca, lo que supone que en plena temporada turística dan empleo a un centenar de personas.
El abanico de actividades es amplio, incluye senderismo, rutas ecuestres, parapente, starlights, ciclismo de montaña, actividades culturales y actividades deportivas, entre otras. Su característica común es que desarrollan la actividad al aire libre.
Se trata de microempresas gestionadas generalmente por el propio titular, «pero a la vez son cientos de autónomos que conforman este tejido empresarial generando riqueza para Menorca y ofreciendo un producto turístico diferenciado», explica Catalina Florit, presidenta de la asociación de PIME que integra a este abanico de emprendedores.
Sin embargo, al ser tan variado el campo de trabajo carecen de un identificador común, unas están bajo epígrafes agrarios y otras entre los deportivos y eso les deja «en el limbo de las ayudas», añade Florit.
El viernes expusieron su situación en la reunión del conseller balear Iago Negueruela y Susana Mora, quienes se han comprometido a establecer ayudas directas.