Las colonias de gatos no esterilizados en Menorca son el principal problema de las protectoras de animales, que han visto cómo el gasto en alimentación de los felinos se ha incrementado de 4.000 a 11.000 euros anuales.
Así lo explica la secretaria de la Protectora de Animales de Maó, Marga Pons, quien advierte de las consecuencias económicas que está generando la pandemia de la covid-19.
«Estamos saturados, con una población felina descontrolada, especialmente en las zonas no urbanizadas; se trata de gatos no esterilizados que tienen camadas continuamente, multiplicando la población y dejándonos sin recursos», ha advertido a Efe.
Pons recuerda que los meses de confinamiento fueron los más duros porque muchos ciudadanos no pudieron acudir a los huertos a alimentar a los animales, circunstancia que agravó el problema.
«Todos estos gatos se sumaron a otras colonias de animales, incrementando los gastos en alimentación de 4.000 a 11.000 euros anuales, con la imposibilidad de asumir el coste en veterinarios», subraya.
Por ello, la secretaria de la Protectora de Animales de Maó hace un llamamiento a aportar donaciones, porque con las ayudas que reciben de la Administración –señala– «hacen lo que pueden dentro de sus posibilidades, pero está siendo insuficiente».
Adopciones
Mientras en otras zonas del territorio español se dispararon las adopciones de mascotas, especialmente perros, durante los meses de pandemia, en Menorca la incidencia de la covid-19 y el confinamiento en este asunto ha sido nula, según explican las protectoras. «El centro de acogida no dio en adopción a ningún perro entre mediados de marzo y junio del año pasado», lamenta Marga Pons.
No obstante, el Centro de Acogida de Animales de Menorca desmiente a la Protectora de Maó y afirma que entre marzo y junio del año pasado se registraron 42 adopciones de perros.
A "Menorquina": Sabes que pasaría si se estableciera una colonia de gatos en alguno de los islotes costeros de Menorca? Pues que en poco tiempo desaparecerían las lagartijas endémicas que los habitan, como han desaparecido de la isla principal, de la mano del hombre y de sus animales domésticos. El gato asilvestrado es un problema enorme para lo poco que queda de fauna autóctona, y no tiene absolutamente ningún valor aparte del que se le quiera dar "éticamente". Si se aborda el problema desde un punto de vista ecológico lo mejor sería eliminarlos con el menor sufrimiento posible y en adelante prohibir y multar su liberación al medio natural.