Los arquitectos han visado en Menorca 97 proyectos de viviendas en el primer semestre, de los cuales 60 corresponden a chalés, que siguen siendo el motor de la construcción, la cifra aumenta un 40 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado. El resto son edificios plurifamiliares de mercado libre, no se ha tramitado ninguno de viviendas de protección oficial.
Las obras totales proyectadas en este periodo han sido 341, cifra un 19 por ciento superior respecto al primer semestre del año pasado. La comparación respecto a 2019, el año antes de la pandemia, arroja un resultado de menos 1 por ciento, lo que es interpretado como «senda de estabilidad» por Enric Taltavull, presidente de la demarcación menorquina del Colegio de Arquitectos de Balears.
Hospital
Ese análisis es abonado por los datos presupuestarios. El importe de los proyectos del primer semestre alcanza los 48 millones de euros, un 26 por ciento más que el año pasado, recordado por los tres meses de confinamiento, y un 20 por ciento más también que en 2019. La fortaleza inversora viene determinada por el hospital que el Grupo Juaneda construye en Ciutadella.
Sin el presupuesto derivado de esta obra, el dato del presupuesto visado sería similar al registrado el año pasado, 38 millones. Este proyecto distorsiona al alza el conjunto de la estadística.
De esa cifra, 31 millones van aparejados a los proyectos de vivienda unifamiliar, de los que se han presentado un 40 por ciento más que el año pasado y solo un 7 por ciento menos que en el periodo de normalidad anterior.
Vista la inversión en perspectiva durante el primer semestre del año, la mejor marca en lo que va de siglo corresponde a 2006 con 116 millones y la mínima a 2012, en el umbral de la crisis económica, con solo 11 millones.
Los 341 proyectos representan una superficie total de 59.143 metros cuadrados, un dos por ciento más que el año pasado y un dos por ciento menos que el anterior. El edificio sanitario es clave otra vez para que las cifras sean similares a los años precedentes, sin este proyecto el dato habría sido el peor desde 2015 y habría supuesto un retroceso del 17 por ciento respecto a 2019.
La mayor parte de la superficie también está relacionada con las viviendas y anexos, piscinas principalmente, ya que suponen prácticamente el 70 por ciento del total.
No obstante, el tirón de la construcción de viviendas, chalés en particular, con un crecimiento del 21 por ciento respecto al año pasado, ha sido insuficiente para alcanzar la inercia rota de 2019. Respecto a este periodo, ha caído un 27 por ciento.
La vivienda plurifamiliar continúa estancada, a pesar de mejorar un ocho por ciento sobre el año de la pandemia, que no es culpable precisamente de este problema. «Ya existía, estamos viviendo el periodo de menor creación de vivienda nueva de nuestra historia reciente, que tampoco es compensada por un aumento de la vivienda reformada», apunta Taltavull a modo de conclusión.
A excepción de la vivienda unifamiliar nueva, «el resto de usos no recupera todavía la superficie visada en 2019», señala.