«Ha sido un desastre por todo lo alto», señala un afiliado del PI sobre el último congreso del partido, cuya acta final recomienda repetir la elección del presidente. El partido en general está dividido y en Menorca, donde han retornado antiguos dirigentes como Forcada o Massa, también.
En la jornada de votación del congreso celebrado en Mallorca, las listas del censo se cambiaron hasta cuatro veces. Es una más de las incidencias vividas y una prueba de las irregularidades que envovieron el encuentro, había personas que formaban parte de las listas y no estaban al corriente de pago.
No habían sido dados de baja y se les dejó votar, irregularidad que puede acabar en los juzgados. De hecho, algunos afiliados se plantean denunciarlo, «se han vulnerado los estatutos», aducen.
Apunta otro afiliado consultado que ir en las listas de la Ejecutiva tiene trascendencia porque puede ser determinante para participar en unas elecciones.
La regeneración que acompañó el liderazgo de Jaume Font del partido regionalista ha desaparecido una vez lo dejó. La corriente de Unió Mallorquina ha vuelto a adueñarse del PI y todos apuntan a Josep Melià como el impulsor de la idea ‘peneuvista' de separación del cargo orgánico del electoral, lo que significa que el presidente del partido no sea el candidato al Govern y pueda serlo el citado Melià. Algunos afiliados entienden que quiere gobernar el PI sin dar la cara y se ha rodeado de personas últiles a su causa.
Entre los que se han visto en medio de esta crisis está el menorquín José Cantallops, vicepresidente de la anterior Ejecutiva que impulsó el Congreso por mandato de este y desde el primer día habría sido bloqueada esa intención por la corriente de Melià, representada por Tolo Gili, el nuevo presidente.
El coordinador del PI en Menorca en el citado congreso, ha rechazado realizar declaraciones arguyendo que no es el momento adecuado.