Marta Barrio lleva siete años al frente de la gerencia de Sonrisa Médica. Una labor centrada en asegurar que el funcionamiento de la asociación sea correcto, que todas las áreas de gestión estén bien organizadas y coordinadas entre sí, y «que avancemos de forma ordenada y sostenible conforme a los objetivos que nuestra junta directiva altruista acuerda».
—¿Cómo surge Sonrisa Médica?
—Surge de una necesidad de la sociedad que manifestó con contundencia una familia mallorquina que pasaba por un delicado proceso de hospitalización con su hija. Ellos conocieron el poder hipnótico de los payasos de hospital en París y, al regresar a Mallorca, hicieron todo lo posible por hacerlo realidad también aquí. Felizmente, lo consiguieron y, gracias a ellos, podemos decir que Sonrisa Médica tiene presencia en los seis principales hospitales públicos de las Baleares; y además, el modelo se ha reproducido a través de muchas otras asociaciones de payasos en el resto de comunidades autónomas de España.
—¿El humor terapéutico mejora la salud?
—Eso dicen las numerosas investigaciones científicas que se han publicado a nivel mundial y también lo evidencian los 27 años de Sonrisa Médica. Se sabe que la presencia de los payasos reduce en muchos casos la necesidad de analgésicos y, además, se reducen las conductas des-adaptativas que los pacientes de pediatría pueden sufrir al ser hospitalizados. Al reír, se generan hormonas que contribuyen al bienestar físico. Por tanto, podemos decir que el humor, sea del color que sea, es terapéutico, y los payasos son perfectos catalizadores de las emociones.
—¿Cómo suelen reaccionar los pacientes más pequeños?
—Se puede escribir un libro con esas reacciones. Todo depende de si se trata de un primer ingreso y de si el paciente está en proceso de adaptación, del dolor que pueda sentir, de si están aplicándole algún procedimiento invasivo que le incomode en ese momento, etc. Sí puedo decir que la aparición de los payasos les deja atónitos y eso provoca que no focalicen su atención en la enfermedad, sino que estudien de arriba a abajo a esos curiosos personajes de nariz colorada con los que sienten una conexión desde el primer momento. Muchos niños son muy participativos e interactúan con ellos hasta el punto de dirigir la escena y transformar el ambiente en aquello que les apetece ver.
—¿Qué implica convertirse en payaso terapéutico?
—Debo decir que los payasos no son terapeutas, si bien los efectos de sus intervenciones son del todo terapéuticos. Los payasos de hospital son artistas, profesionales de las artes escénicas con experiencia probada en clown, y en Sonrisa Médica les ofrecemos la formación adecuada para que consigan la especialización para manejarse en este delicado escenarios de 360º que es un hospital.
—En algún momento, todos necesitamos que nos cuiden…
—Por supuesto, y también necesitamos cuidarnos. El autocuidado y el autoconocimiento son herramientas muy importantes para ser felices y para hacer felices a quienes nos rodean. Por ello en Sonrisa Médica contamos con una psicóloga que prepara al equipo para poder trabajar en el hospital y ser capaz de regenerarse tras cada visita.
—En 2012, Endesa fue la primera empresa en apadrinar al payaso de hospital Aspirino de Sonrisa Médica ¿qué ha supuesto esta acción?
—Junto a Endesa hemos vivido las dos crisis económicas más importantes y sigue a nuestro lado sin excepción. En 2012 pasamos por un momento muy delicado, y la anterior gerencia y junta directiva idearon un nuevo plan de distribución de fuentes de financiación para ampliar nuestros recursos. Fue así como se creó la posibilidad de acercarnos a la red empresarial a través de la figura del apadrinamiento de un payaso y Endesa dijo sí. Con este apadrinamiento, Endesa garantiza desde hace casi 10 años que Aspirino siga acompañando a los niños y niñas de nuestros hospitales.
—¿Qué lazos existen entre Endesa y Sonrisa Médica?
—La relación con Endesa nos regala una amistad muy bonita. Recuerdo cómo recién estallada la pandemia, recibimos su llamada para preguntar si necesitábamos mascarillas para poder seguir actuando para los niños; hicieron una distribución para todo el personal sanitario y no nos quisieron dejar de lado. Que piensen en ti en ese momento tan complejo, es un regalo. Además, cada año hacemos un encuentro personal y Aspirino se acerca a su sede en Sant Joan de Deu para visitar a sus equipos.
—El payaso Aspirino está presente tanto en Mallorca como en Menorca ¿qué centros visita?
—Aspirino es nuestro primer payaso, primer payaso en España, responsable de hospital de Son Espases, y se encargó de la implantación de los programas de nueva apertura en Ibiza (Can Misses) y Menorca (Mateu Orfila) que diseñó nuestra dirección artística. Su experiencia y su disposición son un valor para Sonrisa Médica y nos ayuda a seguir avanzando en la dirección correcta.
—¿Cuál ha sido la parte positiva y negativa que ha dejado la pandemia en Sonrisa Médica?
—Lo mejor ha sido ver cómo se eleva a debate la importancia de cuidar la parte emocional de las personas, del paciente, de la familia, del que cuida, del cuidado. Soledad y aislamiento son grandes retos que tenemos por delante, y qué mejor que ir trabajando en ellos. Lo malo es, sin duda, el importante varapalo económico y el desequilibrio que ha supuesto para nuestra estructura que ha visto retraídas muchas ayudas empresariales, a la par que ha perdido la posibilidad de realizar eventos para sostener todos los programas con los que ya contábamos y atender a las nuevas demandas.
—¿Quiere añadir algo más?
—Nuestra situación ya no es crítica como anunciamos en febrero de este año, pero sí grave. Debemos recobrar la estabilidad para reiniciar muchas actividades que hemos dejado de lado y nos falta un empujón importante para cerrar el año con suficiente estabilidad. Ayer, lanzamos una campaña de crowdfunding vital para la sostenibilidad de Sonrisa Médica, ¿Te imaginas un mundo sin payasos?, y agradecería que todos aquellos que puedan, visiten nuestra web e inviertan unos euros en hacer que los hospitales sean lugares más felices.