En los meses más estrictos del confinamiento a causa de la covid-19, se cuadriplicaron las atenciones a personas mayores realizadas en Menorca por la Cruz Roja. Así se desprende del «Anuario del Envejecimiento. Illes Balears 2021» presentado en Palma y que recoge datos relativos a la Isla.
En números, los equipos de la Cruz Roja en Menorca atendieron durante el confinamiento a 3.637 personas, cifra que dista mucho de las 986 que recibieron atenciones en 2018. Así lo estima el documento que han elaborado entre la Consellería de Asuntos Sociales del Govern, el departamento de Derechos Sociales del Consell de Mallorca y la Universitat de les Illes Balears, a través del departamento de Pedagogía y Didácticas Específicas y la Cátedra de Atención a la Dependencia y Promoción de la Autonomía Personal.
Mayor soledad
El anuario distingue entre dos perfiles de usuarios, los de las localidades de más de 10.000 habitantes, que en Menorca son solo Ciutadella y Maó, y los que tienen menos, que son el resto de municipios. Así, las personas atendidas en los pueblos más pequeños tienen una edad media de 87 años, tienen un bajo nivel de estudios y un acceso muy limitado o nulo a las nuevas tecnologías. Por contra, el usuario tipo en las ciudades de ponent y llevant tienen una media de edad de 80 años, un mayor porcentaje de ellos vive solo, es habitual que sufran dificultades de movilidad y a veces presentan distintos grados de deterioro cognitivo.
A través del Plan Cruz Roja Responde puesto en marcha en marzo de 2020, la entidad detectó la necesidad de paliar la soledad, ya que a raíz de la pandemia se deterioraron enormemente las relaciones sociales. Eso acrecentó, por otro lado, la necesidad de apoyo en actividades de la vida diaria.
A pesar que en muchas ocasiones los mayores cuentan con una red social y familiar, el sentimiento de soledad está bien presente, de ahí que la Cruz Roja dedicara esfuerzos al acompañamiento telefónico y para continuar con los proyectos de atención habituales, ya fuera presencialmente, semipresencialmente, de forma virtual (correo electrónico) o en línea (formaciones sobre curas, envejecimiento activo, nuevas tecnologías).
Consecuencias de la covid
Según el estudio, la pandemia ha incrementado el aislamiento de los mayores, ha aumentado el deterioro físico y cognitivo, ha traído problemas psicológicos (miedo, estrés, desesperación, depresión), ha implicado un descuido de la higiene y la imagen personal o el distanciamiento social.
En relación al distanciamiento, cabe destacar que este se ha magnificado por culpa de la falta de competencias digitales de gran parte de los mayores, que no han podido utilizar herramientas comunicativas como las que sí han sabido utilizar las generaciones más jóvenes, lo que ha dificultado contactos con familiares y amigos, y también con los servicios de atención sociosanitaria.
Estas carencias se han suplido gracias a una extensa red de voluntarios y trabajadores de la Cruz Roja —unos 1.700 en Balears—, para realizar acompañamientos, actividades de mantenimiento físico, emocional y cognitivo, iniciativas para la capacitación reforzada para cuidadores o la mejora de las competencias digitales.
Otro dato que llama la atención es que, a nivel autonómico, de las 9.888 personas atendidas en 2020, la gran mayoría fueron mujeres, concretamente 7.379, por 2.505 hombres. Y todos estos usuarios fueron objeto de 307.928 intervenciones. Comparativamente, en 2015 las personas atendidas fueron 7.868 y se hicieron 271.036 actuaciones en toda Balears.