La mala calidad de los acuíferos, que concentran altos niveles de nitratos, sumada al hecho de que la Isla registra un 28 por ciento de fugas en la red hidráulica, presenta un panorama poco sostenible en cuanto a la eficiencia del agua potable. Así lo defiendió el experto en gestión hídrica, Enrique Cabrera,este jueves en una conferencia en el Ateneu de Maó sobre las ‘Directrices para una gestión sostenible del agua urbana en Menorca'.
Cada habitante de la Isla consume 300 litros al día, según un informe del Observatori Socioambiental de Menorca (Obsam), lo que supone un gasto notablemente superior, por ejemplo, a la media española que está a 130 litros por persona y día, y a la de Alemania, que es de 100 litros. Si se hace el cálculo de lo que puede consumir una ciudad menorquina de unos 10.000 habitantes, sale un consumo de 3.000 metros cúbicos al día. Teniendo en cuenta lo que se pierde por el camino por las fugas, la eficiencia de la red urbana es solo de un 70 por ciento.
En lo que al precio se refiere, el agua potable de la Isla es «extraordinariamente baja», ya que se situa a un euro el metro cúbico, a diferencia de otros países del norte de Europa, como Berlín donde está a ocho euros, o Copenhague, donde cuesta cuatro.
Cabrera defiende que las regiones donde las administraciones públicas se encargan de gestionar la red hidráulica, como es el caso, no se invierte en medidas «poco populistas» como hacer «zanjas y obras» para mejorar el sistema de conducción «para no tener que molestar» a la ciudadanía. Por contra, en los países del norte donde se paga más por su agua, y que está gestionada por compañías externas, disponen de una red de tuberías en buen estado y mucho más eficiente.
Acuíferos en mal estado
Además, los acuíferos de Menorca de los que depende todo lel suministro de agua de la Isla y las zonas de Ciutadella que no quedan cubiertas por la desaladora, destacan por ser de baja calidad, según un informe de la Dirección General de Recursos Hídricos de la Conselleria de Medio Ambiene y Territorio con datos de 2020. Con el límite sanitario establecido en una concentracón máxima de 50 miligramos de nitratos por cada litro, coincide que las dos ciudades que tienen más habitantes, Maó y Ciutadella, son las que peor calidad de agua tienen. La solución a este problema, defiende Cabrera, no tiene que ser que los ciudadanos recorran al agua embotellada, sino solucionar el problema del origen del abastecimiento.
Por tanto, el profesor Cabrera defiende profesionalizar la gestión del agua, basada en criterios de eficiencia, a la vez que se deben cambiar las conductas de consumo de la ciudadanía a favor del consumo de potable por cuya calidad deben luchar.