Estamos ante las facturas de luz más altas que se han alcanzado nunca. A modo de ejemplo, el precio medio de esta semana del megavatio hora cuadriplicaba el de hace un año y a eso se le suma que el mes de enero es uno en los que más consumimos, igual que en diciembre y febrero. Eso es, por los largos periodos del día en que no hay luz solar y por el alto consumo de calefacción y estufas, entre otros factores. Desde la Oficina de l'Energia de la Conselleria de Transición Energética consideran que, actualmente, un precio «razonable» rondaría los 20 céntimos el kW por hora, a la vez que recomiendan a los usuarios tomar consciencia del gasto energético reflejado en la factura de la luz, identificar los periodos de más consumo, revisar la potencia contratada, mejorar el aislamiento o optar por las energías renovables de autoconsumo.
No más de 20 céntimos
«Menos de 20 céntimos el kW por hora sería un precio razonable». En el caso de las tarifas vinculadas al mercado libre, Xavi Camps, ingeniero de la Oficina de l'Energía, vería legítimo un precio menor de 20 céntimos el kW por hora. Sin embargo, asegura que «no hay un precio mejor ni peor», sino que debe compararse con el precio de referencia de la tarifa eléctrica del mercado regulado (también llamada PVPC).
Mientras que el mes de diciembre registró una media de 32 céntimos, en noviembre quedó en 25 céntimos y la media de lo que llevamos del mes de enero está en torno a los 20 céntimos.
Además, desde la Oficina de l'Energia no aconsejan la contratación de tarifas planas, por las cuales, en muchos casos, se acaba pagando más, ya que las compañías acostumbran a hacer una oferta superior al consumo habitual para prever el margen de beneficio. En el caso de los consumidores que hayan contratado una tarifa plana antes del aumento del precio de la luz (en septiembre de 2021), pueden esperar una subida cuando se extinga el contrato. «Algunas compañías ofrecen atractivas ofertas para el primer año que después se disparan», advierten.
Tarifa regulada
«Es mejor tener precios que fluctúan con el mercado a una tarifa fija». Xavi Camps asegura que la mejor opción es la PVPC, diseñada y regulada por el Gobierno. Se trata de la tarifa de discriminación horaria con precios variables, es decir, hay tres franjas horarias de la luz y el precio del kWh de electricidad cambia para cada hora de cada día.
Aunque no puede conocerse con antelación el precio del kWh y el consumidor puede llevarse «algún susto», Camps defiende que, al final del año, saldrá más rentable.
Potencia contratada
«Muchas veces tenemos contratada una potencia superior a la necesaria». En la factura de la luz existen dos términos, la potencia contratada y la energía consumida. En cuanto al primero, se trata de una base fijada por contrato que determina el número de aparatos eléctricos que pueden utilizarse a la vez en un hogar sin que salten los plomos. Dicho de otra forma: «Es la parte que un cliente paga a pesar de que su casa esté cerrada y con los plomos bajados», define Camps.
En muchos casos, los usuarios disponen de una potencia superior a la que necesitan y por tanto, será el primer aspecto a revisar.
Una potencia y precio «normales» para Camps sería 4 kW a 35 euros el kW al año, lo que ascendería a 140 euros.
Actitud eficiente
«Debemos identificar los hábitos que más gastan y corregirlos». Camps aconseja que los clientes sean conscientes de su patrón de consumo y de la curva donde se utilizan más aparatos eléctricos (que puede consultarse a través de la web de la compañía distribuidora), con el fin de identificar y corregir los hábitos de consumo.
Por ejemplo, se aconseja ajustar el termo eléctrico con un programador externo para que se encienda las horas convenidas (y no cada vez que pierde calor).
Camps también afirma que «ir en manga corta en invierno o en chaqueta en verano es una señal de que estamos siendo ineficientes» con la calefacción o el aire acondicionado.
Quitar extras
«Los servicios adicionales suponen un incremento innecesario de la factura». Muchas personas, explica Xavi Camps, disponen de servicios extras contratados en su tarifa «que no son esenciales», como por ejemplo, el de protección contra averias, los servicios de urgencia, de revisión y de mantenimiento de las instalaciones.
Se trata de prestaciones que suponen alrededor de unos 5 euros y que hacen incrementar la factura mensual, pero que, según Camps, no es necesario tenerlos contratados.
Parece discurso podemita, pero cuando estaban en la oposición y no gobernando como ahora. Que la electricidad tenga iva, es de traca. Que España no dependa de si misma energéticamente es vergonzoso. Que no se esté investigando como locos las nuevas nucleares.. como hacen chinos y franceses y alguno más... es ir preparando la vaselina para el futuro. Y ahora vendernos lo que queráis, como lo queráis .. que si o si, pagaremos lo que nos digáis.