El proyecto de bodega en Torralba, una finca ubicada en el camino de Macarella, en el término de Ciutadella, se halla en exposición pública en el Consell para obtener la declaración de interés general. Es el final de una larga tramitación para la que será la mayor bodega de la isla, tendrá una capacidad de producción superior a los mil hectolitros, equivalente al 60 por ciento del vino anual que se elabora actualmente en la Isla.
También pretende ser una construcción emblemática, que requiere la inversión presupuestada en 3.959.888 euros, de los que 2.846.532 se destinan a edificación y el resto a instalaciones, infraestructuras y urbanización.
Se trata de un complejo de cuatro edificios (la mitad del planteamiento inicial, que fue muy cuestionado por el GOB) con una ocupación total de 1.717 metros cuadrados y una función específica para cada uno de ellos en el proceso de elaboración del vino.
La distribución en cuatro edificios, en dos tipologías distintas, pretende la integración de los mismos entre dos bosques de la finca, reducir el impacto visual y ambiental y cumplir los parámetros urbanísticos. Tres de ellos se plantean con el esquema tradicional de muros de carga y cubierta a dos aguas con teja árabe. Serán semienterrados aprovechando la topografía.
El primer edificio, que será el principal y el que marcará la personalidad de la bodega, ha sido proyectado con forma troncocónica y será construido con muros de piedra seca al estilo tradicional, a similitud de un talaiot típico menorquín. Será por tanto, de planta circular, con un espacio interior también de planta circular, un patio central con forma elíptica, en el que se prevé instalar un elevador neumático a modo de comunicación accesible, según la descripción del proyecto, del que es autor Cristian Pérez Fernández.
Este edificio se destinará a administración, recepción y oficinas y representará la zona noble de la bodega. El segundo edificio se destinará a la elaboración de vino tinto con prensa específica y tanques o depósitos precisos. El tercero se destinará a la elaboración de blanco y rosado y el cuarto albergará usos técnicos para las instalaciones (climatización, tratamiento de agua ), almacén y laboratorio, además de espacio de aseo y descanso para los empleados de la bodega.
Contempla una zona de aparcamiento, ya prevista en el proyecto de agroturismo, de 12 plazas destinadas a dicho uso y ampliada con cuatro más para trabajadores de la bodega y otras cuatro para visitas.
Integración paisajística
El autor del proyecto destaca el aspecto de la integración en el paisaje, de ahí el interés que expresa en el objetivo de realizar una intervención «respetuosa con el medio biofísico». Por esa razón, se evitará construir en pequeños bosques de ullastres., se conservarán los árboles en las proximidades de las construcciones y propone extender la vegetación a lo largo del camino de Macarella que linda con la finca.
La bodega ha trastocado los planes iniciales de los promotores franceses Paillard y Moueix respecto a un agroturismo sin conexiones tecnológicas. El proyecto prevé suministro de internet y telefonía con tendido soterrado.