Todo el núcleo turístico se conoce por Cala Galdana, pero en realidad, el margen derecho del torrente de Algendar (mirando al mar) recibe el nombre de Serpentona y pertenece a Ciutadella. Aunque en el flanco ferrerienc también escasean las plazas de aparcamiento —de hecho existe escaso margen para crear más—, es en lateral de poniente donde se concentra el mayor número de bolsas para estacionamientos y dónde más problemas existen a la hora de encontrar dónde dejar el coche.
«Mis empleados vienen una hora antes de entrar a trabajar para buscar aparcamiento», señala un empresario. Porque, aunque «se recomienda que utilicen el transporte público, este no se ajusta a los horarios de trabajo» y lo hace poco práctico.
Estos problemas afectan a todos, desde los vecinos y los residentes en la Isla, a aquel que tiene su actividad laboral en Cala Galdana —que son muchos, pues hay varios hoteles y complejos de apartamentos—, pasando por los propios turistas. Y todos comparten el reto diario de encontrar un hueco para el coche. Tan es así, que «sabemos que muchos clientes menorquines ni vienen, porque saben que no encontrarán aparcamiento», asevera un restaurador, que observa como el cierre del parking de la playa contigua les ha afectado. «Hay gente que aparca a las 9 de la mañana y se va a pasar el día a Macarella. Son muchas plazas de aparcamiento que no generan ningún beneficio» en la oferta turística de la urbanización. Y «también están los coches de alquiler, que, sin estar alquilados, llenan las calles».
Esta cuestión la manifiesta también otro empresario, que pide «al Consell y a los dos ayuntamientos (de Ciutadella y Ferreries) que se sienten para buscar soluciones, porque si no, Menorca va a morir de éxito». Y es que, afirma, «este verano estamos trabajando todos, pero la gente no querrá volver a un lugar dónde les vendemos unas playas vírgenes que, cuando llegan, no tienen nada de vírgenes porque están abarrotadas y se pasan el día cabreados buscando aparcamiento».
«Si queremos ser un destino de calidad, hay que dar calidad», añade, «y todos debemos hacer autocrítica», tanto en temas de movilidad como en el servicio que se ofrece al turista.
Del mismo modo, los residentes en la urbanización también se encuentran a diario con problemas. Los vecinos se quejan «de coches mal estacionados frente a sus casas».
Para todos, la solución pasa inevitablemente por crear más parkings. «Sabemos que es zona inundable, pero lo es toda Serpentona». Más allá de las bolsas actuales junto al torrente «hay espacio para bastantes coches más», señalan los vecinos.