El área de Cultura, Educación y Deportes del Consell tiene en la actualidad varios frentes abiertos encaminados a descubrir, catalogar y poner al alcance de todos los ciudadanos diversos aspectos fundamentales de la historia de Menorca relacionados con la Guerra Civil.
Uno de ellos ha sido la concesión de una ayuda de 5.500 euros a dos historiadores menorquines, Carlos de Salort y Miquel López, para elaborar la cartografía de los bombardeos que sufrió Menorca en esos tres largos años de la gran contienda ocurrida entre 1936 y 1939, a partir de un proyecto presentado por los mismos autores. El otro es la reciente licitación pública para realizar un trabajo que permita la catalogación y cartografía de los refugios antiaéreos que se construyeron o habilitaron en la Isla durante la contienda, con una dotación de 15.000 euros, IVA incluido.
Los dos jóvenes investigadores, que ya han realizado tareas anteriores relacionadas con acontecimientos de la guerra y sus víctimas, trabajan sobre una base que contempla un total de 85 ataques a la Isla por el aire, la mayoría de ellos a cargo de la aviación del ejército italiano, aliado de las tropas de Franco.
La investigación la iniciaron a partir de un primer estudio sobre los refugios antiaéreos existentes en el término municipal de Maó, ya concluido.
El siguiente paso fue la concesión de una beca solicitada al Institut d'Estudis Baleàrics para desplazarse a una decena de archivos militares del territorio español en los que buscar información sobre los ataques aéreos que provocaron la construcción o habilitación de estos refugios bajo el suelo menorquín.
En esa minuciosa investigación han conseguido hallar los partes de los oficiales italianos que se emitían desde el cuartel general en Balears, básicamente el situado en la base de Son Sant Joan, en Palma, que posteriormente eran puestos en conocimiento del general Franco, al frente del bando nacional para el desarrollo de la guerra.
Han tenido acceso a estos documentos, subraya Carlos de Salort, en el Archivo General de Ávila, en el de la Marina Álvaro de Bazán, de Ciudad Real, y en la Capitanía General de Palma.
«Una vez disponemos ya de esta información, queremos conseguir detallar el número de bombas que se lanzaron, los aviones utilizados, cuál era el plan diario de los ataques y el resultado de los mismos», explica el historiador que, junto a su compañero, también opta a obtener la nueva licitación para enumerar y describir los lugares donde se protegían los menorquines de las bombas.
Refugios
El trabajo para la elaboración del mapa de los refugios antiaéreos de toda la Isla -excepto el de Maó, que ya está hecho-, deberá aportar los datos geográficos que contengan la cartografía y documentación recopiladas en el mismo catálogo.
El estudio incluirá información de los túneles antiaéreos de todos los municipios, con una ficha específica de cada uno de ellos que aporte toda la información posible. Además se adjuntará un texto histórico que contextualice y explique cuál fue el proceso social que propició a la construcción de estos refugios durante la Guerra Civil. El plazo de ejecución del trabajo será de 12 meses.
Solo en la ciudad de Maó se contabilizaron 170 de estos lugares destinados a protegerse de los ataques y las bombas que, mayormente, lanzaba la aviación italiana, aliada de las tropas sublevadas. Eran galerías habilitadas, sótanos, cuevas y canteras las que se utilizaron reiteradamente para evitar el impacto de las bombas, en suma, tanto refugios civiles como particulares.