Las primeras medidas del decreto de ahorro energético del Gobierno, que obligan a apagar escaparates más allá de las 22 horas y a controlar la temperatura de los locales, han entrado en vigor en Menorca entre un clima de indignación empresarial por los reiterados fallos en el suministro que se están produciendo en las últimas semanas en pleno apogeo de actividad.
La noche del martes se produjo un corte en Es Pla de Ciutadella que afectó a casi 600 abonados y este miércoles se registró uno más, en pleno turno de cenas, que interfirió de lleno en la actividad de los restaurantes.
En las últimas semanas se han sucedido los cortes prolongados de luz en enclaves tan turísticos como Ciutadella, Fornells, la zona portuaria de Es Castell o el centro de Maó, provocando enormes problemas tanto económicos, como de operatividad a los negocios y quejas entre los clientes que terminan afeando la imagen del destino.
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