A pesar de la recuperación del empleo y la actividad económica tras la pandemia, el aumento generalizado y sostenido de los precios, junto a las dificultades desencadenadas por la crisis sanitaria, mantienen en situación de vulnerabilidad alimentaria a centenares de ciudadanos y familias en la Isla. Además, el repunte de la inflación derivado del contexto económico global supone una gran pérdida de poder adquisitivo para muchas otras personas que ya no pueden afrontar el encarecimiento de la cesta de la compra y que, por primera vez, se han visto empujadas a solicitar ayudas para conseguir alimentos.
En lo que llevamos de año, según Mar Pons, responsable de Inclusión Social de Caritas, el servicio de entrega de vales de alimentos de la entidad ha atendido a 953 personas, que suman un total de 440 familias, que se han visto obligadas a pedir esta prestación para beneficiarse de cheques comida y abastecer las despensas con suficientes productos. Asimismo, durante el primer semestre de 2022, Caritas ha concedido hasta 96 ayudas económicas de urgencia social para garantizar las necesidades básicas de alimentación.
Previsiones negativas
«Prevemos que las dificultades de las personas más vulnerables no mejorarán», advierte Mar Pons. Agrega que, aunque durante los meses estivales hay un leve descanso, «en invierno, probablemente, volverá a notarse un aumento en el número de peticiones». Si bien todavía hay que esperar para ver el balance final, estas cifras ya son significativas en comparación con los datos totales de 2021. Y es que, durante todo el año pasado, el mismo servicio de Caritas atendió a 1.628 personas, llegando a alcanzar las 711 familias, y otorgó un total de 192 prestaciones económicas para alimentación. Unos números que, fácilmente, podrían alcanzarse teniendo en cuenta el incremento de demanda de ayudas que, habitualmente, suele producirse tras el verano.
Lo mismo avisan desde Cruz Roja. «Todavía se prevén meses duros», afirman. El gran volumen de peticiones y demandas por cobertura de ayudas se concentra en los meses de octubre a junio. «El resto del año, la demanda disminuye debido a que muchas familias encuentran trabajo durante la temporada estival», aclaran.
El pasado ejercicio, el servicio de alimentos de Cruz Roja en Menorca atendió a 1.783 personas y concedió 745 ayudas económicas, que entregó cada 15 días o de manera mensual a los beneficiarios para que pudieran complementar su alimentación con productos frescos.