El Govern balear ha modificado el decreto que regula las actividades en la reserva marina de la Illa de l'Aire para ampliar el área en la que se permite la pesca artesanal y recreativa. De este modo, extiende la zona inicial ubicada al suroeste del espacio protegido y crea otra en el límite este de la reserva.
Es decir, amplía el área principal comprendida entre la Punta des Xoriguer y la Punta de Biniancolla hasta el Fondejador dels Esquitxos de Son Ganxo y delimita una nueva área entre el Racó des Lleixiu y la Punta des Rafalet (véase imagen).
Con esto, el Govern reduce la zona donde la gestión es más restrictiva y en la que está prohibida toda clase de pesca marítima y de extracción de flora y fauna marinas, a excepción de la pesca recreativa desde tierra con caña.
El jefe de servicio de Recursos Marinos del Ejecutivo balear, Toni Grau, alega que esta modificación responde a las peticiones del Consell insular de Menorca y a las quejas de la cofradía de pescadores de Maó.
A este respecto, cabe recordar que la aprobación del texto que regula la reserva marina de la Illa de l'Aire en 2019 desencadenó malestar entre quienes ejercían la pesca en los alrededores de Alcalfar, ya que prohibía esta práctica en la zona.
Con la modificación del decreto 26/2019 de la reserva marina de la Illa de l'Aire también se permite la pesca artesanal con palangrillo —hasta ahora ilícita— del 15 del marzo al 15 de mayo y del 15 de septiembre al 30 de noviembre.
Asimismo, con la nueva normativa se restringe la actividad pesquera con redes al reducir los periodos en los que está permitida y establecer que no se podrán calar más de 800 metros (antes eran 1.000 metros) de red por embarcación y día.
Falta de vigilancia
Desde que se creó la reserva marina de la Illa de l'Aire en el año 2019 hay desplegados en la zona una serie de informadores que explican a los pescadores que se acercan hasta allí la normativa y la obligación de declarar su actividad en el Diario de Pesca Recreativa, una aplicación móvil que deben tener todos aquellos que realicen capturas en las reservas marinas de Balears.
Aún así, falta una servicio de inspección y vigilancia para garantizar el cumplimiento de la normativa, según explica la especialista I+D+I del Centre Oceanogràfic de Balears, Olga Reñones. En la literatura científica, añade Reñones, las reservas no dotadas de este servicio se denominan «Reservas de papel» y su efectividad depende de la buena voluntad de los ciudadanos y del conocimiento de la normativa.