La opinión política menorquina no opone reparos a la reclamación de Eivissa de aumentar su representación en el Parlament balear. Pero «Menorca se mantiene en sus trece» puede servir de conclusión al debate sostenido el lunes por la tarde en la Fundació Rubió por Josep Maria Quintana, jurista y buen conocedor de la estructura autonómica balear; Joan Huguet, exvicepresidente del Govern y autor de la ley electoral del 86, que sigue vigente con ligeras modificaciones; Eduard Riudavets, exdiputado nacionalista y uno de los autores de la reforma del Estatut de 2007; y Susana Mora, presidenta del Consell de Menorca.
La fórmula de distribución de escaños que se aplica en las Islas responde a un acuerdo de consenso entre todas las fuerzas políticas y data de los años 80. Menorca y las Pitïuses recibían el mismo trato electoral porque también entonces tenían una población similar.
El escenario, que hasta entonces contemplaba Eivissa-Formentera como una unidad, se rompe en la reforma del Estatut y con la creación del Consell de Formentera. Es entonces cuando Eivissa se queda con un diputado menos que Menorca y además crece en habitantes, un 40 por ciento más que Menorca en la actualidad.
Los ponentes de la mesa redonda consideraron razonable la reclamación de Eivissa, tanto si iguala la representación menorquina como si la supera en escaños, pero apostaron de forma unánime a que la solución se adopte, como la anterior, mediante el acuerdo político.
Tampoco les importaría que Mallorca, cuyo peso demográfico también es mayor, crezca en escaños, mientras no se altere el número de diputados de Menorca. La propuesta implicaría un Parlament de 62 diputados, uno más para Eivissa y dos más para Mallorca frente a los 59 que ha tenido siempre.