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El 70% de los controladores aéreos de Menorca pide el traslado en pleno proceso de implantación del nuevo control remoto

La plantilla de personal fijo de la torre del aeropuerto se quedará el año 2023 con solo 4 efectivos

La torre de control de Menorca ha vivido este verano momentos de estrés por el gran aumento del tráfico aéreo y la escasez de personal. | Josep Bagur Gomila

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El concurso de traslados de Enaire para controladores aéreos va a provocar una auténtica desbandada de personal en la torre de control de Menorca en un momento crucial, en pleno proceso de implantación del polémico sistema de control remoto. Siete de los diez controladores que componen actualmente la plantilla fija en la Isla han pedido el traslado –seis de ellos lo han obtenido– lo que agrava los problemas de falta de personal estable que viene arrastrando en la última década la torre de control del aeropuerto insular, que ve como el tráfico de aviones y pasajeros se incrementa año a año mientras la dotación de controladores permanece estancada.

La complicada situación de falta de personal la ha hecho pública la jefa de instrucción de los controladores menorquines, Maria José Quintana, quien lamenta que «nos hemos quejado por activa y por pasiva, he escrito cartas, correos y no me hacen ni caso». Denuncia    la sobrecarga de trabajo que vienen sufriendo los profesionales encargados de ordenar el tráfico aéreo menorquín. «Todos nos pasamos de las 1.200 horas y yo como instructora de las 1.400 horas», afirma en declaraciones realizadas durante la celebración del XIV congreso del Sindicato Profesional de Controladores Aéreos (Spica), en las que califica de «estampida» la marcha de profesionales en plantilla a otros aeropuertos, que se hará efectiva en septiembre del año que viene.

Quintana denuncia que la plantilla fija no alcanza la dotación de personal que le corresponde a un aeropuerto como el de Menorca, fijado en 15 controladores más un jefe de torre. Asegura que en estos momentos son diez en plantilla y tres personas en comisión de servicio (refuerzos de otros aeropuertos) después de que el pasado 30 de noviembre terminara uno de los comisionados. Además, subraya,    «desde junio nos hemos quedado sin jefe de torre», quien se encargaba de suplir las carencias de personal en momentos determinados.

No se trata de una situación nueva. Asegura que desde el año 2013 Menorca no alcanza la dotación mínima de personal, unas carencias que se han venido cubriendo con comisionados y cuyas consecuencias se han intensificado en un verano de tráfico aéreo récord.

«Hemos tenido una debacle de verano increíble», enfatiza Quintana en la grabación difundida por el sindicato Spica. El punto más crítico se vivió el pasado 3 de julio, relata, cuando se produjo lo que se conoce en el argot del gremio como un «descubierto», una controladora se quedó sola en la torre de control, una situación de riesgo.

Quintana pone sobre la mesa un problema añadido. Entre los seis controladores que han obtenido el traslado están los cuatro instructores, por lo que como jefa de servicio afronta una situación complicada. «No tengo instructores y me van a llegar siete nuevas incorporaciones» en los próximos meses. Para finales del año que viene está previsto que solo haya cinco controladores de plantilla fija y siete comisiones de servicio, un personal que «sigue por debajo de la dotación que tendría que tener el Aeropuerto de Menorca».

«No tenemos gente, con este panorama cómo vamos a poner en marcha la torre de control remoto», se pregunta, antes de mostrar su resignación. A pesar de sus advertencias sobre los fallos del sistema y la insuficiente dotación de personal para ponerlo en marcha, «ellos quieren su juguete y lo quieren poner en Menorca».

El apunte

AENA obvia la queja de los controladores por el sistema remoto: «Es un proceso complejo»

Las denuncias de los controladores sobre las deficiencias en el proceso de implantación del control remoto en Menorca no han provocado ninguna reacción pública por parte de AENA, que se ha limitado a lanzar el mismo mensaje que ha trasladado en las últimas semanas: «El proceso de implantación es un proceso complejo en el que se va avanzando». A pesar que desde el sindicato Spica denuncian que son esas deficiencias las que explican el estancamiento del desarrollo del sistema remoto en la Isla, AENA insiste en que    se prosigue con el proceso de pruebas y que después se procederá a la formación del personal hasta el inicio de servicio, que requerirá una aprobación previa de AESA.

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