Los concesionarios de la Isla van a cerrar, con contadas excepciones, un año aciago. Otro más para olvidar. La venta de vehículos no remonta ni tiene perspectivas de hacerlo en el nuevo año. A los problemas del lado de la oferta, con escasez de vehículos, larguísimos plazos de entrega y precios disparados, se le suma la retracción de la demanda, espantada por lo anterior y atenazada por el difícil contexto económico marcado por el aumento del coste de la vida. Es el amargo cóctel que mantiene al sector en cifras notablemente inferiores a las que se registraban antes de la parálisis del bienio pandémico, que ya no daban ni mucho menos para tirar cohetes.
«Es la tormenta perfecta» define gráficamente Lorenzo Mascaró, gerente de Menorca Automoción, (Renault y Dacia), una idea compartida por otros concesionarios consultados que explican la atonía del mercado por una multiplicación de factores. Uno de ellos es la crisis de componentes y la reducción de la fabricación, que hacen que la espera para entregar un coche se llegue a alargar hasta un año y que los precios estén por las nubes.
«El coste de los coches ha subido una barbaridad», asegura Estanislao Capó, gerente de Autos Magon (Toyota), quien matiza que los problemas de disponibilidad de los vehículos son evidentes, aunque con variaciones importantes en función de las marcas. La suya es la excepción que confirma la regla. Con un mercado centrado en los vehículos híbridos ha cerrado un año récord. Pero la tónica general es muy diferente. Y lo que más preocupa es que las perspectivas no son halagüeñas. «El año que viene no va a ser bueno tampoco, no se ve perspectiva de mejora hasta el año 2024. «El euríbor va a subir y la gente cada vez teme más meterse en financiaciones», advierten desde el departamento de ventas de IAB Ford en Maó.
La alternativa a la compra de un vehículo nuevo, el mercado de ocasión, se ha saturado. Los vehículos con pocos kilómetros desaparecen con mucha rapidez. La crisis de fabricación hace que se haya reducido mucho la rotación de flota en las empresas de alquiler de coches. De esas renovaciones se nutre en gran parte la venta reglada de vehículos de ocasión, aunque quizá haya que empezar a dejar de llamarlos así visto los altos precios.
«Se ha vendido todo». «Es un mercado cada vez más reducido». «No es nada fácil encontrar coches con pocos kilómetros». Son los comentarios que hacen a este diario desde unos concesionarios que están viviendo la volatilidad de los precios. Uno de ellos ofrece un ejemplo: el precio de un coche de segunda mano puede subir 1.500 euros de un mes a otro.
Matriculación
Las cifras de matriculación, si bien no están estrictamente ligadas a las ventas, sí ofrecen un claro reflejo de la situación. En los once primeros meses de 2022 se han matriculado en la jefatura de la Dirección General de Tráfico (DGT) en Menorca 1.489 vehículos. Aunque la cifra supone un repunte respecto a los anómalos 2020 y 2021, muestran como no se han recuperado los números prepandemia. Van a cerrar el año un 24,9 por ciento por debajo que en 2019, casi medio millar de vehículos menos en un año con una gran temporada turística. Si la comparación se hace con el mismo periodo de 2017, el descenso en el registro de vehículos es del 37,2 por ciento.
Obligan a los rent a car a renovar con eléctricos que son caros y nadie los quiere, por tanto los rent a car no renuevan flota y nosotros no tenemos coches para comprar y por tanto todos circulando con coches más viejos y contaminantes. Que genios de políticos que tenemos. Los concesionarios están obligados a vender un % de híbridos y eléctricos, y por tanto es lo que nos “colocan “ y claro son vehículos más caros que contaminan prácticamente lo mismo que los de antes (teniendo en cuenta las baterías y chips que usan) pues menos ventas y todos más pobres (los chips y motores y baterías se fabrican fuera de España)