Artículos de la Ley Menorca Reserva de Biosfera que establecen nuevas limitaciones a la caza, la prohibición de nuevos amarres fuera de zonas portuarias, el registro de nuevos cultivos de regadío supeditados al uso de agua de lluvia o depurada, o los relacionados con el territorio y el paisaje, así como, entre las infracciones, incluir la reconstrucción de paredes y el cerramiento de portillos con elementos que no sigan los sistemas y elementos tradicionales de la Isla son detalles que para cualquier modificación posterior deberán votarse y aprobarse en el Parlament balear. De este modo, al regularse mediante una norma con rango de ley cuestiones propias de un plan o reglamento, el pleno del Consell pierde la capacidad de aprobar cambios, y estos estarán sujetos en el futuro a la mayoría política en la Cámara balear.
Esta cuestión fue debatida durante el pleno de aprobación de la Ley de Reserva de Biosfera y el Grupo Popular criticó la «renuncia a su soberanía» que hacía la institución insular con dicha ley, «los que van de menorquinistas hacen que Menorca pierda competencias», espetó el diputado popular Juan Manuel López a los grupos del tripartito de izquierdas en el Consell, pero Josep Castells, defensor de la ley en el estrado y diputado de Més, no se dio por aludido.
La pérdida de autonomía que critica la oposición puede ser un modo de blindar estas medidas conservacionistas, ante posibles cambios de gobierno, al incluirlas en una ley pero este es «un uso perverso» que hace el gobierno del Consell al arrebatar competencias que eran del pleno insular y «dárselas al Parlament».
«Son obligaciones, muchas de ellas en materia de ordenación territorial, que son propias de un reglamento o del Plan Territorial Insular y que las regulamos en una norma con rango de ley», explica el político popular y abogado, «las blindan por prejuicios ideológicos» pero insiste en que luego cualquier cambio deberá ser votado por diputados de Mallorca, Eivissa y Formentera para salir adelante, lo que mermará la capacidad de decisión del Consell, para este y futuros gobiernos.
«La Ley baja demasiado al detalle prohibicionista», asegura Lafuente, y pone como ejemplo precisamente que la nueva norma regule hasta el punto de especificar si un cerramiento en una tanca tiene que ser con una barrera tradicional de ullastre y prohibiendo elementos como tablones o puertas viejas de edificios. «Eso son obligaciones que deberían ir en un reglamento y no en la ley», concluye.
L'anectoda de les barreres d'ullastre. Antigament els ullastres es controlaven més o meys per a poder disposar de bones branques per ses barreres i altres estris. Els llocs tenien uns tancats a posta per a ells. Ara, els ullastres, molts i molts, només són matolls que tocan a terra amb moltes branques esprimatjades. Costa molt localitzar bones branques . La fabricació porta molta feina, i a més a més un cop posada te la rroben.