El nombramiento por parte del Papa Francisco de Gerard Villalonga Hellín (Maó, 1958) como nuevo obispo de Menorca el pasado martes, es recibido con satisfacción por autoridades religiosas y civiles. Diversas personalidades de Menorca destacan rasgos personales de Villalonga y valoran el hecho de que un menorquín -mahonés concretamente- sea el nuevo obispo de la Isla. Una nueva etapa que se vislumbra con ilusión y se inciará con la consagración en la Catedral de Ciutadella el 22 de abril.
Sebastià Taltavull, obispo de Mallorca
«Que sea menorquín tiene ventajas por el arraigo y el camino ya hecho»
Taltavull, también menorquín, destaca la amistad y el ministerio ahora episcopal que les une y el «camino que podremos hacer juntos pensando en Menorca y Mallorca, también Eivissa y Formentera». Apunta la posibilidad de hacer un trabajo sinodal entre las tres diócesis de las Islas, con retos en común muy propios de nuestro talante isleño. El camino «lo tenemos que hacer conjuntamente con los presbíteros y diáconos, con la vida consagrada y todos los laicos». Porque «la buena gente de las islas lo merece», concluye.
Vicent Ribas, obispo de Eivissa
«Quiere mucho a la diócesis y es muy querido por la gente de la Isla»
El obispo de Eivissa destaca la gran capacidad de Gerard y el buen conocimiento que tiene de la diócesis. Aventura un «tiempo de estabilidad y de seguir adelante; un período muy fecundo, de paz y de trabajo en la Iglesia de Menorca». Considera que es «una magnífica noticia» y expresa agradecimiento y alegría. Ha recibido muchas felicitaciones para Villalonga, ya que se conocen mucho y se han ayudado como administradores diocesanos.
Paul Strudwick, reverendo anglicano de Menorca
«Siempre ha sido amigo de los fieles de Santa Margarita en Es Castell»
Los anglicanos de Menorca conocen bien al padre Gerard, como le llama el reverendo Strudwick, aunque a partir de ahora «tendrá que llamarle monseñor Gerard», bromea y añade «nos cae muy bien».
El reverendo dice haber sido siempre apoyado y ayudado por Villalonga en los casi diez años desde que llegó a la Isla. Cree que al ser menorquín puede ser un pastor más eficaz porque entiende a la gente, la historia, la cultura y las costumbres de Menorca.
Susana Mora, presidenta del Consell
«Que sea menorquín es una gran suerte para la sociedad insular»
Mora considera que liderará la Iglesia de Menorca en base al conocimiento y proximidad que tiene con la sociedad insular como menorquín y persona implicada que ha sido toda su vida.
Joana Gomila, alcaldesa de Ciutadella
«Una persona abierta, cercana, con quien se puede hablar»
La alcaldesa destaca su ilusión porque el nuevo obispo ya conozca a los menorquines y las menorquinas, «nuestro talante, nuestras costumbres y tradiciones, y las de la Iglesia de Menorca». Además destaca la cercanía y carácter colaborador que siempre ha mostrado Villalonga con las demandas del Ayuntamiento.
Miquel Àngel Limón, historiador
«Hombre de paz y de acogida, preocupado por el ecumenismo»
Tras veinte años de trato Limón destaca el perfil «humanísimo de Villalonga, profundamente sensible con los problemas de Menorca y con sus debates más vivos». Recuerda que la Iglesia no acostumbraba a designar obispos nacidos o incardinados en el lugar de su ministerio, pero hoy en día ya no supone un obstáculo como en el caso del obispo de Eivissa, Vicent Ribas, natural de esa isla. En 1795, cuando se restauró la diócesis de Menorca, el ciutadellenc Antoni Vila ocupó el cargo y ahora vuelve a suceder con el primer mahonés ordenado obispo.
Héctor Pons, alcalde de Maó
«Buena persona, sencillo, próximo, humano e inteligente»
El primer edil ha felicitado por Facebook al que fue compañero de colcada en 2019 cuando se conocieron. Pons destaca los rasgos positivos: la vocación de servicio y las ganas de ayudar que siempre ha mostrado Gerard en beneficio del interés general, desde la institución que representa.
Maria Vives Gomila, doctora en Psicología
«Persona inteligente, acogedora y afable con una ingente tarea ante sí»
Describe la gran tarea, por la complejidad de la época, a la que considera que se enfrenta monseñor Villalonga: «Volver a la Galilea de los primeros tiempos, donde el amor a los demás predomine sobre las normas tradicionales más estrictas». La ventaja es que como menorquín conoce las tradiciones y hábitos de su gente, dice. Se le requerirá también «estar atento a los cambios sociales y económicos de esta época».
Josep Maria Quintana, escritor y jurista
«La decisión del Papa va en la buena dirección»
Defiende Quintana que como en la Iglesia primitiva los obispos deberían salir del pueblo y la comunidad tener más protagonismo en la elección. Aplaude la designación y considera una buena noticia que el obispo sea menorquín. Además de Villalonga dice que es «honesto, íntegro, absolutamente comprometido con la Iglesia. Un hombre de Dios».
Bosco Faner, rector del seminario
«Tenemos ya ciertas conclusiones de la mejor manera pastoral de actuar»
Destaca que Villlalonga es «muy buena persona, de una cualidad humana extarordinaria, amable, cordial y culto». También que quiere mucho a la Iglesia y que además de su capacidad para desempeñar muy bien el cargo, aportará bondad y verdad con un tono alegre y afectuoso. Apunta que es muy importante para guiar a la diócesis en esta etapa que ya exista facilidad de comunicación con sus colaboradores, con el consejo presbiterial y con el consejo pastoral mientras que un obispo que viene de fuera no conoce a los menorquines, y con Villalonga ya han trabajado de forma cordial y verídica durante años.