El 1 de mayo, los hoteles de cuatro o más estrellas (para el resto, el 1 de enero de 2024) deberán poseer un plan de circularidad. Un documento que tiene que recoger sus prioridades y líneas de actuación para mejorar la eficiencia energética, el consumo de agua y de alimentos o la generación de residuos, unas medidas que el sector coincide en valorar como positivas, aunque no está de acuerdo con la «imposición» de tener que plasmarlas por escrito y con los costes y las dificultades que acarrea para las empresas.
Los hoteles disponen de algo más de dos meses para concluir la redacción de unos planes de circularidad que no son muy del agrado de los empresarios. No por el fondo de la cuestión, pues apoyan que hay que mejorar al máximo la eficiencia y la reducción de consumos en todos los ámbitos. Es, según Luis Casals, presidente de la Asociación Hotelera de Menorca (Ashome), porque «nos imponen que tengamos que plasmarlo por escrito», lo que supone un trabajo extra y unos costes que, aunque no pudo precisar, ya que dependen del «volumen de la empresa», otras fuentes sitúan entre los 5.000 y los 10.000 euros y que pueden estar sujetas a subvenciones del Govern de hasta el 50 por ciento.
Ashome ofrece una labor de mediación a sus asociados, porque «aunque el Govern dice que su elaboración es fácil, no lo es tanto, si se necesitan asesorías externas», apunta Casals, quien además señala que «los hoteles ya tenemos nuestros informes internos y planes de modernización». Y es que incluso «los turoperadores y los propios clientes exigen cada vez más que seamos sostenibles».
Dificultades
Aparte del coste económico, las empresas encuentran algunas dificultades, como por ejemplo, poder demostrar la trazabilidad de los productos alimenticios que ofrecen a su clientela. «Es difícil y da mucho trabajo» e implica a productores y distribuidores. «Soy partidario y es correcto ofrecer información, si nos queremos diferenciar de otros destinos, y ya lo solemos hacer, en los bufés se suele indicar si se trata de producto local y de dónde proviene». Pero «no se puede ser tan papista», considera Casals, que opina que «nos tiene que ayudar a ofrecer un mejor producto, pero sin ser esclavos».
El sector hotelero reclama cierta flexibilidad, un periodo de «transición para ir adaptándonos a las exigencias, con sentido común». Porque «todos los hoteles están trabajando y seguro que el 80 por ciento de la tramitación estará correcta, pero seguro que falta algún dato». En todo caso, «la premura genera incertidumbres», recuerda Casals, quien pronostica que «en mayo estarán hechos los planes, y el que no lo tenga, será porque no ha querido».
El apunte
Siete inspectores del Consell velarán para que se cumpla la ley
Con la incorporación, este mes de febrero, de dos inspectores, el Consell ha completado el equipo formado por siete supervisores y un instructor de expedientes, que velarán por el cumplimiento de la Ley 3/2022 de medidas urgentes para la sostenibilidad y la circularidad del turismo de Balears, además de controlar la oferta ilegal de alojamientos.
Según expone la directora insular de Ordenación Turística, Francis Teixidor, estos inspectores visitarán los hoteles de la Isla para conocer sus planes de circularidad, «donde ellos mismos se fijan los objetivos que desean cumplir» y que luego serán objeto de «auditorías para ver si se cumplen». Sin embargo, «no llegar al objetivo no es motivo de sanción», en cambio, «sí lo es no disponer del plan elaborado», con multas que pueden oscilar de 4.000 a 40.000 euros.
Teixidor recuerda que, desde noviembre, la Agència de Estrategia Turística de las Illes Balears (Aetib) organiza un plan de formación para ayudar a los establecimientos a redactar estos documentos. Cada curso incluye dos jornadas formativas y otra de mentoría. Las cuatro formaciones pendientes empezarán los días 23 y 24 de febrero y 13 y 14 de marzo.