Los ‘llocs' solo cobran una tercera parte de la subida de la leche al consumidor

El sector lechero de Menorca cerró 2022 con un incremento del 61,3 por ciento en el precio del litro de leche respecto a 2021, situándolo en torno a 50 céntimos. Algo que sirvió para sacar al paciente de la UCI pero no del hospital, teniendo en cuenta que la Isla sigue a la cola a nivel nacional, donde hubo una subida del 64 por ciento según datos del Ministerio de Agricultura, para alcanzar una media de 60 céntimos, por encima de los costes de producción, de unos 56 céntimos.

Entre los productores hay plena coincidencia en lo positivas que han sido las medidas aplicadas el último ejercicio y prorrogadas para 2023, como el Plan Provilac de apoyo para la viabilidad del sector, con una aportación de 4,6 céntimos entre Govern (2,6) y Consell (2). Esto hizo que los ganaderos apreciaran un notable incremento del precio de la leche, de 0,31 o 0,32 euros, a entre 0,48 y 0,50 euros de 2023, gracias a la implicación de la industria que subió unos 12 céntimos.

«La situación está mejor que hace un año, antes era caótica, ahora es complicada», apunta Lluís Nadal, el presidente de Agrame  (Asociación de Empresarios de Explotaciones Agrarias de Menorca). Y es que según matiza la presidenta de Fagme (Federación Agrícola y Ganadera de Menorca), Catalina Pons, «ha sido bueno, pero si no hubieran subido también los costes de producción, todavía sería mejor», ya que estos incrementos han diluido el efecto.

La subida en las tiendas

Nadal pone el acento en las subidas de precios de la leche en los supermercados, que no han acabado de repercutir en el escalafón inferior de la cadena. «Antes un litro costaba 58 o 60 céntimos y ahora son 90, pero de esos 30 céntimos, a nosotros solo nos han llegado 12 o 13», de ahí que lamente que «siempre acaban ganando los mismos».

Desde la Asociación Frisona Balear, su presidente, Jaume Moll, señala que «seguimos unos 10 o 12 céntimos por detrás de la Península, y a eso hay que añadir otros 15 céntimos, por los mayores costes que tenemos aquí». Por eso, calcula que para competir con igualdad, incluso con los ganaderos de Mallorca, que perciben una media de 60 céntimos por litro, «habría que subir el precio a 70 o 75 céntimos». La misma cifra que dan desde Agrame, si bien son conscientes de que son números muy difíciles de asumir por parte de la industria insular, a la que todos reconocen el esfuerzo realizado.

A la expectativa de la cosecha

Los 50 céntimos por litro serán más o menos buenos en función al resultado de la cosecha que obtengan los agricultores. «Dentro de un mes lo sabremos», indica la presidenta de Unió de Pagesos, Margarida Llambías. «Por ahora va bien, ha llovido y el pasto crece, pero entre mediados de abril y primeros de mayo debería llover más». Si es así «tendremos forraje y podremos ahorrar en pienso».

Esta cuestión también la señala Catalina Pons. «Este año, el tiempo ha sido favorable y las vacas pueden comer en las tanques, hay más verde, están más húmedas, si llueve un poco más parece que tendremos una buena cosecha». Además, cuenta que, «al contrario que el año pasado, que no dejaban de subir, ahora ha bajado un poco el precio de los fertilizantes», algo que contribuiría a rebajar costes y a mejorar rentabilidad de la actividad agraria.

En cualquier caso, el sector se muestra más optimista que antaño. «Coinga ha ido marcando el paso», coinciden Llambías y Nadal, quienes destacan que «el resto de industrias también han ido subiendo los precios». Al fin y al cabo, «saben que no pueden quedarse muy atrás, porque los payeses acabarían vendiendo su leche a otros», añaden desde Agrame.

Con esto se refieren al desajuste que había, en función de quien comprara la leche. Así lo denunciaba a finales del año pasado el director general de Agricultura, Fernando Fernández, quien pedía que todos los fabricantes hicieran el mismo esfuerzo, pues entonces, mientras unos habían alcanzado ya los 49 o los 50 céntimos, «hay otros cinco que permanentemente pagan por debajo, unos 42 o 43».