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La zona deportiva de Dalt Sa Quintana vuelve a generar quejas vecinales

Denuncian que un grupo de adultos, que consumen alcohol y tabaco, excluye a otros usuarios

La pista compartida, en un día laborable, por menores y adultos jugando en la canasta. | Josep Bagur Gomila

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Algunos residentes de los edificios ubicados junto a la pista de baloncesto del pasaje Iamonna y la escuela infantil Es Mussol de Ciutadella denuncian que un grupo de adultos incumple desde enero de este año las normas de uso de la zona de juego, utilizándola los sábados y domingos por la tarde hasta tres horas seguidas, echando a los niños y bebiendo alcohol, fumando y orinando alrededor. Según explica Bea Vázquez, vecina de un bajo, un cartel especifica claramente que no se puede utilizar la pista de manera excluyente ni por más de treinta minutos seguidos.

Además, explica Vázquez, para jugar a fútbol estos usuarios instalan porterías hechas con piedras y palos en botellas con cemento y se monta mucho alboroto con hasta treinta personas, voces, gritos y peleas. También les preocupa el riesgo de balonazos.

Muchos vecinos, dice, se muestran disconformes con este uso puesto que recuerdan los años anteriores, entre 2004 y 2019, cuando una situación similar -que además se llegó a dar a diario entre junio y octubre durante muchas horas al día-, provocó la intervención municipal y la habilitación de un campo de fútbol en el polígono para que aquel grupo jugase.

Vázquez, que reside junto a la pista solo desde 2021, se ha reunido con la Asociación de Vecinos Sa Colàrsega y denuncia públicamente la problemática, dirigiéndose también a los partidos políticos. Por otro lado, informa que la pista de baloncesto y toda la zona de bancos se comparte sin ningún tipo de problema durante el resto de la semana.

Pleno municipal

Las quejas llegaron al último pleno municipal. Jaume Anglada, concejal de Ciudadanos, explicaba que unos veinte adultos jugaban a fútbol con instalación de grandes piedras, bebiendo alcohol y fumando además de comentar los miedos ya citados por la vecina y preguntaba por el uso del campo del polígono. La concejal Carla Gener conocía que jugaban pero ni ella ni la educadora, con sus reuniones quincenales, conocían estas quejas y tampoco hay, dijo, denuncias de la Policía. Se reunirá con la asociación de vecinos el día 4.

La asociación Sa Colàrsega expresa su preocupación

Con voluntad de evitar problemas en el barrio, la secretaria de la asociación de vecinos, Josefina Egea, explica que la cuestión principal es que no se cumplan las normas de uso de la pista. Al no estar destinada al fútbol no está vallada y como está elevada sobre la plaza aumenta el riesgo de que algún balonazo impacte en personas que estén en los bancos o jugando cerca. Los vecinos, además, recuerdan el ruido y la ocupación exclusiva de la pista que ya sufrieron hace años. Esperan abordar posibles salidas en la reunión fijada para el 4 de abril con la concejal Carla Gener, la educadora municipal que media con aquellos usuarios que juegan ahora en el polígono y el Fons Menorquí de Cooperació.

El apunte

El Consistorio apuesta por seguir trabajando la interculturalidad

Carla Gener, concejal de Servicios de Atención al Ciudadano, Igualdad, Consumo y Cooperación del Ayuntamiento de Ciutadella, explica que están trabajando en un proyecto de intervención comunitaria en el polígono, con una educadora social, y con el grupo de adultos que jugaban hace años en el barrio y que ahora se reúnen y juegan en la zona industrial. Gener dice estar satisfecha porque es un colectivo muy grande y el trabajo social ha funcionado bien; ahora hay que abordar la situación por la cual parece que algunos de los jugadores han vuelto a la pista de baloncesto. Hasta ahora, dice, se ha trabajado más la parte pedagógica y se han conseguido avances, pero hay que ver si no se cumplen las normas, qué se puede hacer, aunque ello supere el proyecto comunitario. También apunta que hay que trabajar más la parte de interculturalidad con la ciudadanía.

Por otro lado, la Policía Local confirma que el pasado sábado se informó en la pista a una decena de personas que querían jugar al fútbol de las normas de uso y del horario, lo que desalentó a los jugadores, que tampoco jugaron el domingo. Estaban acompañadas de una mediadora.

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