El Ayuntamiento de Es Castell aprobó este viernes en un pleno extraordinario el cartapacio municipal y las nuevas retribuciones del alcalde y los concejales de la Corporación, que aumentan un 10 por ciento. Pero este incremento no fue tan criticado por la oposición de PSOE y Som como la contratación de personal eventual, en concreto un cargo de confianza dedicado a comunicación y asistencia a alcaldía que cobrará 36.000 euros anuales.
Socialistas y Som votaron en contra en este punto por considerar que de entrada el nuevo equipo de gobierno casi duplicará el gasto existente con este contrato, ya que en el anterior mandato, explicó Joana Escandell, el responsable de comunicación y otras tareas de asistencia al día a día municipal, supuso un coste total de 78.000 euros, mientras que en el mandato que ahora comienza se elevará en los cuatro años a 144.000 euros, «no podemos estar de acuerdo», afirmó la exalcaldesa y portavoz socialista.
A pesar de coincidir en que es necesario contar con ese trabajador, que se encarga de las redes sociales, la elaboración de la revista municipal y las labores de prensa entre otras, Óscar Gómez, de Som, aseguró que «no estamos de acuerdo con la cuantía, un nivel A1 es desmesurado para el nivel contable de este ayuntamiento», señaló. El punto salió adelante con los votos de la mayoría popular y el concejal de IPEC, Florencio Conde.
El pleno aprobó asimismo, con la abstención de PSOE y Som, las retribuciones a los miembros de la Corporación, que son de 35.420 euros para el alcalde con una dedicación del 67 por ciento; de 15.246 euros para los ediles con dedicación parcial del 29 por ciento; Salomé Cabrera cobrará en régimen de asistencia; y los concejales sin dedicación, por asistencia a los órganos colegiados. La oposición sí apuntó que el incremento total del coste es del 20,35 por ciento, al aumentar las dedicaciones parciales, mientras que al haber ahora más concejales, siete del PP y uno de IPEC, las concejalías requerirán menos trabajo, afirmó Escandell.
El cambio que prometían era una cosa, como siempre, y la realidad es otra: a vivir (bien) del cuento, que el trabajo que se tenía antes de dedicarse a la política es cansado y está mal pagado; y además, como no saben muy bien lo que tienen que hacer, pues contratan a conocidos... afiliados al partido... que sepan hacer lo que hay que hacer y si no, pues que se coman el marrón. ¡Viva el vino! gritaba uno de sus jefes.