El Ayuntamiento de Maó intentará que se licite por tercera vez el proyecto de reconversión de la Sala Augusta en el Conservatorio Profesional de Música de Menorca por un precio que ahora se eleva a 11,5 millones de euros. Solo si este tercer intento fracasa se buscará una alternativa, afirmó el alcalde, Héctor Pons, en el último pleno, «nuestra postura no ha cambiado desde diciembre de 2022 y es lo que hemos repetido en campaña», afirmó, recordando al mismo tiempo que «hemos sido las fuerzas más votadas», de lo que se deduce, añadió, que los electores no ven mal dicha idea.
El debate sobre la Sala Augusta se reabrió por una moción de Ara Maó, que defendió Antoni Carrillos y se aprobó con los votos de la izquierda, en la que instan a Educación a licitar la obra con los precios revisados, lo que arroja esa cifra de 11,5 millones; a que se inviertan los 8,3 millones ya comprometidos –precio con el que quedó desierto por segunda vez el concurso público en la anterior legislatura–, y a que la sede principal del Conservatorio continúe en Maó.
Este último punto deriva de las declaraciones realizadas por el diputado autonómico del PP, Jordi López Ravanals, en las que insinuaba el riesgo de que Maó perdiera la sede en favor de otro municipio si se insistía en la rehabilitación de la Sala Augusta, un proyecto que consideraba superado. Las palabras del parlamentario popular no gustaron nada en el Ayuntamiento.
El alcalde Héctor Pons calificó las declaraciones de «desafortunadas» y añadió que «la Corporación municipal no puede permitir ningún tipo de presión o medias amenazas de que si no hacemos lo que quiere el Govern o damos una respuesta se la llevarán a otro municipio», por ello consideró «importante» que el PP manifestara en el pleno su compromiso con que el Conservatorio se quede en Maó. Pero el PP no lo quiere en la Sala Augusta y en eso, las posturas siguen enfrentadas, de hecho, los populares votaron en contra de la moción de Ara Maó.
El portavoz del PP, Francisco Plaza, despejó las dudas suscitadas por el diputado y aclaró que su partido quiere que la sede principal del Conservatorio siga en Maó, pero el tiempo y los inconvenientes, añadió, les han hecho rectificar su postura inicial de apoyo a la reforma de la Sala Augusta. «Supone excavar 12 metros por debajo de la rasante en terrenos no muy estables para construir el auditorio», recordó Plaza, además de tener un elevado coste. «Es de un reconocido arquitecto, es un buen proyecto, pero no así la ubicación», manifestó. La apuesta del PP es la que ya presentó en campaña, el solar de la Sínia Costabella, aunque están abiertos a «buscar la mejor ubicación sin despilfarrar». Para la concejal de Urbanismo, Dolores Antonio, es estéril resucitar la controversia. «Estábamos pendientes de la revisión de precios, ahora ya sabemos cuál es el presupuesto y trabajaremos para mantener y aumentar la financiación y seguir con la ubicación que siempre hemos defendido», afirmó.
El apunte
Los precios revisados de la obra casi duplican el coste inicial
El ya ex conseller balear de Educación, Martí March, prometió en diciembre de 2022 volver a licitar el proyecto del conservatorio en la Sala Augusta en 2023 revisando su presupuesto al alza. Llegaron mayo y las elecciones con la obra pendiente y después, un cambio en el Govern, ahora con el PPal frente y Antoni Vera como nuevo conseller de Educación. La rehabilitación de la Sala Augusta para convertirla en el centro de enseñanza superior de música y danza se licitó por primera vez por 6,4 millones de euros, quedando desierta; volvió a licitarse subiendo el coste a 8,3 millones y tampoco interesó a ninguna constructora. Ahora, si el Govern atiende la petición municipal, saldrá a concurso por alrededor de 11,5 millones.