La falta de aparcamiento en Cala Galdana no es un problema nuevo pero cada verano se reproduce con mayor intensidad. Los restaurantes de la zona sufren cancelaciones a diario debido a que sus clientes no pueden aparcar. Desisten de su plan de comer relajadamente después de dar vueltas y vueltas con el coche por la urbanización y zonas adyacentes con la esperanza de hallar un hueco, mientras el nerviosismo crece en paralelo al atasco.
La rotonda de entrada a la cala se convierte en un embudo cuando coinciden los conductores que llegan y los que salen ya derrotados en la búsqueda de parking; a eso se suma la cola de acceso al aparcamiento de Cala Mitjana, en el que un día de playa se libera espacio con cuentagotas. A partir de las 11 de la mañana aparcar se convierte en una odisea y por la noche, cuando ya solo se mueven quienes se alojan o residen en la cala, la situación se normaliza. «Cala Galdana son dos mundos, el día y la noche», afirma un empresario y vecino de la zona todo el año.
El atasco matutino y del mediodía hace que se pierdan clientes en los restaurantes en el horario de comidas, entre las 13 y las 16.30 horas. En ese intervalo de tiempo Cala Galdana se convierte este verano en una urbanización solo accesible para los que han madrugado o ya están allí alojados, lo que deja fuera a mucha gente, no solo visitantes sino también a los propios menorquines, que desean disfrutar de la cala en familia un domingo, como hacían antaño.
«Podemos tener entre 20 y 25 personas que nos llaman cada día para cancelar en horario de comida porque no encuentran parking», explica la responsable de un restaurante en la Travessia Cala Galdana. Hasta el punto de que en una ocasión, para no perder la reserva de una mesa de 15 personas –que iba a cancelar porque parte del grupo rodaba en busca de aparcamiento–, un empleado del restaurante salió y movió su coche para dejar ese sitio a los clientes «porque si no, se iban todos». El trabajador siguió en la búsqueda de parking para evitar la cancelación.
Los negocios lamentan que la regulación del tráfico en la rotonda de entrada a Cala Galdana y al parking de Cala Mitjana parece empeorar la situación en lugar de mejorarla, «bloquean el paso y el atasco empieza desde la rotonda», afirman.
«Claro que he tenido cancelaciones, la gente pierde el interés, ni lo intentan, vienen, dan dos vueltas, se desesperan y se van», relata otro restaurador del Passeig des Riu, en la zona donde está el aparcamiento cuyo proyecto de ampliación data de 2021 y sigue sin ejecutarse. «Es un problema desde hace tiempo, la bajada de clientes se da al mediodía y luego por la noche va mejor. Hay muchos que te preguntan si habrá parking, es un tema que nos condiciona el trabajo, porque hay retrasos y esperas, si vemos que no llegan, les llamamos nosotros», añade.
«Muchos días hay cancelaciones por la falta de parking, cada domingo viene la gente de Menorca y no puede aparcar, yo si son conocidos les aguanto la mesa», relata el dueño de otro restaurante, que se queja del exceso de coches de alquiler. «Utilizan las zonas de carga y descarga, yo llego cargado a mi local y tampoco puedo aparcar», se queja.
Algunos negocios han tomado una decisión más drástica. «Hemos dejado de coger reservas porque luego las anulan, reservamos a clientes que están ya alojados en la cala o que vienen aquí a pasar el verano, son de Ferreries y tienen casa y donde dejar su coche.Aquí a las 11.30 o 12 ya no hay quien aparque», apunta un empleado de restaurante. Para ellos la situación también es complicada, tienen que cumplir sus horarios, si llegan tarde, no encuentran sitio y acaban estacionando mal «luego llegan las multas».
«Atados»
El alcalde de Ferreries, Pedro Pons Huguet, ha tomado posesión hace mes y medio y afirma que «tenemos poco margen de actuación, este verano estamos atados» por las acciones o la inacción de mandatos y responsables anteriores, y en este sentido el proyecto pendiente más prioritario es la ampliación del aparcamiento existente entre el río y el hotel Cala Galdana.
Su ampliación para ganar 66 plazas más y sumarlas a las 190 ya existentes está pendiente otro verano más. El Ayuntamiento de Ciutadella aprobó en enero de 2021 el proyecto y el Consell asumió la contratación de la obra, que aún no se ha producido. Pons Huguet se lo ha recordado tanto a la nueva alcaldesa de Ciutadella, Juana Mari Pons Torres, como al presidente del Consell, Dolfo Vilafranca, «hay financiación, espero que se haga pero es obvio que ya tendrá que ser en invierno». En su primera reunión con Vilafranca y responsables de Movilidad planteó para el verano de 2024 la necesidad de estudiar las conexiones con autobús hacia la cala. Pero además es partidario de contar con sistemas de monitorización del estado de los aparcamientos y carteles informativos en la rotonda del desvío a Cala Galdana, a la salida de la variante, para avisar a los conductores si no quedan plazas libres.